¿Estoy preparado para desarrollar mi actividad?

Cuando reflexiono acerca de mis comienzos (como seguramente muchos de ustedes), sin pensarlo ni verlo así, en esos momentos mi primera venta no fue ningún auto, ni un accesorio o un contrato de autofinanciamiento. Mi primera venta fue el lograr ser contratado. Mi primera venta fue convencer a otros -quienes no me conocían-, a darme la oportunidad en este  medio y en creer en mi mientras mostraba no sólo lo que decía que podía hacer, sino además enseñar lo dicho con hechos.

Para mi fue de mucha alegría entrar en este medio y decidí hacer el máximo esfuerzo del mundo para no dejar en mal a la gente que confió en mi y quienes me dieron la oportunidad, aunque admito que tenía la corriente en contra.

Mi familia, amigos y la gente que me rodeaba no estaba contenta con mi nuevo trabajo, ya que me decían que ser vendedor no era una profesión; pensaban, ¿de qué me sirvió matarme tanto en terminar mi carrera si no la iba a aprovechar y ejercer? Y además decían que no desperdiciara el dinero invertido en la universidad, que tanto estudié y sacrifique para “terminar como vendedor”.  Que me ubicara, no era  el camino correcto y que en unos años me daría cuenta del error.

Afortunadamente no les hice caso ni me deje influenciar, (no por soberbio ni renuente) si no porque vi algo en este mundo de ventas que nadie en ninguna universidad te enseña o dice: El cómo tener éxito gracias a tus propios esfuerzos. El cómo triunfar gracias a uno mismo. El cómo aprender a manejar problemas enfocándonos en soluciones. Todo ello me cambió la perspectiva en que concebía la que ahora es mi actividad. Fue aquí también cuando  casualmente tuve la oportunidad de tomar uno de los mejores cursos que existen en el medio: el curso de Graham. El terminó por abrirme los ojos, ayudándome a quitar mis miedos.

“Esto sí es lo mío” – dije.

Como el mismo Graham dice: seamos realistas, tú sabes cómo quieres que las  cosas sucedan. La cuestión es saber si estarás dispuesto a hacer aquellas cosas que te darán eso que tanto quieres… pese a todo.

Algunos podrán decirte muchas veces  que con Actitud, Aptitud, Empatía, etc. lo lograrás, pero no lo es TODO.  Estas 3 palabras podrás escucharlas en  cualquier curso de motivación, ventas o en medio de un regaño de tu jefe. De analizar lo que necesitas, te podrán decir: “Te hace falta una actitud positiva”… lo cual tan sólo pertenece a la parte inicial del análisis. No he dicho que esto no sirva, pues aún siendo el inicio, es parte medular del éxito.

Brevemente, quisiera compartir con ustedes 2 consejos desde 2 perspectivas complementarias:

Como consejo profesional para lograr el resultado de aquello que quieres conseguir, pese a tiempos de infortunio, en adición al factor humano, requieres formular un plan estratégico que permita la eficiencia en el desarrollo de todo negocio, proyecto, tarea, plan personal, etc.

Pensemos, a nivel empresarial y comercial, en la manera cómo se formula un Plan de Negocios.

Se trata de una idea, consumada en un documento, que generalmente se apoya en documentos adicionales como el estudio de mercado, técnico, financiero y de organización. De estos documentos se extraen temas como los canales de comercialización, el precio, la distribución, el  modelo de negocio, la ingeniería, la localización, el organigrama de la organización, la estructura de capital, la evaluación financiera, las fuentes de financiamiento, el personal necesario junto con su método de selección, la filosofía de la empresa, los aspectos legales, y su plan de salida. Todo esto debe ser actualizado constantemente para reflejar cambios no previstos con anterioridad. Un plan de negocio razonable, que justifique las expectativas de éxito de la empresa o proyecto es fundamental para conseguir el propio resultado, así como posibles apoyos financieros y, por qué no, socios capitalistas.

A nivel individual y de manera sintética -en contraste con la anterior-, para realizar cualquier tarea que demande lo mejor de ti y prometa traerte grandes beneficios, tan sólo necesitas:

  1. Tener bien definido lo que quieres (objetivos),
  2. Saber a dónde quieres llegar (metas),
  3. Planear en cuánto tiempo quieres obtenerlo (cronograma/planeación) y
  4. Cómo quieres llegar a obtenerlo (logística/proceso/método). De no tener un método, lo demás empieza a perderse, dispersarse o diluirse. Podrás estar manejando el mejor auto del mundo, pero si no sabes cómo llegar a tu destino, el resultado no será el esperado.

Desde el punto de vista del factor humano, para lograr el resultado pese a todo -en adición a lo anteriormente descrito-, se requiere:

  1. Ser honestos con nosotros mismos y congruentes ante los demás. Al ser honesto suprimirás el autoengaño (los argumentos lógicos contrarios a lo que creemos de nosotros y todo lo que hacemos),
  2. Intentando ver lo positivo como el convencimiento de que las cosas tienen solución a tu favor,
  3. Reconociendo lo negativo (como factores de oportunidad, siempre teniendo presenta la capacidad autocrítica).

Sabemos que han existido momentos muy difíciles en el sector automotriz y parece que cada mes los superamos -o por lo menos hacemos el esfuerzo-. Para eso estamos.

Estimados amigos, lo que más me ha servido durante mi carrera y la manera en cómo he intentado vivir mi vida laboral y personal en estos últimos once años, ha sido con base a esta frase:

«Si el problema tiene solución no tienes porque preocuparte, pero si el problema no tiene solución de nada sirve preocuparte.»

Siempre lo tengo muy presente.

Quiero decirles a todos que no claudiquen, les deseo mucho éxito. Estamos ya por terminar el año 2011. Los invito a dar el ultimo estirón para ser mejor cada día y espero lo mejor de lo mejor para ustedes en el 2012.

Saludos.

Ernesto M. Buenrostro Tapia,

Nació en Guadalajara,  Jalisco.  Licenciado en Contaduría Pública, egresado del ITESO. Actualmente se desempeña como Director Comercial de VW Euro Alemana.

ernestob79@gmail.com