Asamblea en el Taller de Carpintería
|Había una vez… una pequeña carpintería, al Este de cualquier ciudad del mundo, en la que se cuenta que hubo una extraña asamblea de herramientas para arreglar sus pequeñas diferencias: el Martillo fue nombrado Director de aquellos Debates, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar: “La causa, ¡hacía demasiado ruido!. Y se la pasaba el tiempo golpeando”.
El Martillo aceptó la culpa, no podía ser de otro modo, pero pidió que también fuera expulsado El Tornillo, y dijo ante la asamblea que:
– “había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo” .
Ante el ataque El Tornillo aceptó a regañadientes lo que le decía el martillo, aunque él sabia que era cierto, a nadie le agrada que le digan esas cosas, quizás por eso él también, a su vez, pidió la expulsión del Papel de Lija. Hizo ver al resto de la asamblea, que ese Papel de Lija :
-“era muy áspera en el trato y siempre tenía fricciones con los demás” .
Y el papel de Lija estuvo de acuerdo con lo dicho, a condición, claro estaba, de que fuera también expulsado El Metro que:
-“siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto”.
En ese mismo instante entró en la carpintería, como lo había hecho, cada día, durante años, el carpintero; se colocó el delantal e inició su trabajo, con una gran masa de madera deforme.
Trabajo muchas horas en silencio, con la precisión de aquel que conoce el oficio; utilizó El Martillo, varias hojas de Papel de Lija, el Metro y como no podía ser de otro modo mucho, muchísimos tornillos. Logrando que al final, la tosca madera inicial se transformó en un magnifico mueble.
Cuando llegó la noche y la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó su deliberación, fue entonces cuando tomó la palabra el Serrucho y dijo:
– “Señores, cada día durante años hemos podido comprobar por nosotros mismos que, a pesar de nuestras diferencias «el carpintero» hace cosas muy hermosas con nuestra ayuda. En innegable que ha quedado demostrado que tenemos defectos, ¿y qué?. También tenemos otras muchas virtudes y capacidades.
El carpintero trabaja con esas cualidades nuestras, más allá de los defectos. Eso nos hace valiosos, a todos y cada uno, por lo que somos y hacemos. Ásperos o ruidosos. “Perfectos” o dando mil vueltas a las cosas, todos tenemos un lugar en esta tarea y solo aquel que acomete la tarea conoce la utilidad para la que hemos de estar presentes en el Taller. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos o diferencias y concentrémonos en la utilidad de nuestras utilidades”.
La asamblea encontró entonces, que El Martillo era fuerte, El Tornillo unía, La Lija era especial para limar asperezas y observaron que El Metro era preciso y exacto.
Anónimo
dos maneras distintas de como vemos a los demas defectos o virtudes..