Amplía tu Círculo de Influencia

imagencentral-137El típico vendedor en nuestra industria se condena a vender poco, por esta simple razón: la cantidad de personas a quienes se exponen cotidianamente son pocas y tienden a ser las mismas.

Es decir, aparte de las pocas “nuevas” personas que conoce a través de sus guardias de piso (o prospección en calle si es que sale del piso de venta), el típico vendedor en nuestra industria está rodeado por las mismas personas tanto en su vida laboral como en su vida personal, y como tal –y sin darse cuenta– limita sus oportunidades de promover y hacer crecer sus ventas, por el hecho de que no amplía su círculo de influencia.

Es lo que llamo una zona de confort sutil, porque uno no se da cuenta de que cae en esta rutina y este estilo de vida, y aún más importante no cree que es malo, ni piensa que le afecta sus ventas e ingresos.

Te ejemplifico: el típico vendedor se levanta en la mañana, interactúa con su familia antes de salir de la casa, se despide de ellos de la misma forma con las mismas palabras. De ahí, se traslada al trabajo por la misma ruta y manera, comprando en camino al trabajo su mismo café y su mismo pan en la misma tienda, agradeciendo a la misma cajera.

Llega a su trabajo y saluda a las mismas personas también de la misma manera y con las mismas palabras, en donde comienza por hábito a hacer su misma rutina de trabajo. Tiende a interactuar con los mismos colegas durante su día laboral, o sea juntándose con sus mismos compañeros de siempre y evitando a esos que le caen mal, sin conocer a una sola persona nueva, al menos que le toque guardia y atiende a un prospecto de piso o en la calle.

Come con esos mismos compañeros, en los mismos dos o tres restaurantes, saludando al mismo mesero y al salir del trabajo socializa con las mismas amistades (muchos de los cuales son los mismos compañeros de su medio laboral), para regresar a casa y repetir esta rutina (o algo muy similar) día tras día, mes tras mes, años tras año.

Me queda claro que estoy simplificando lo arriba mencionado. Y lo hago a propósito para tratar de hacerte ver que tienes que expandir el nivel de tus contactos con personas que no han tenido el privilegio de conocer quien eres, a que te dedicas y porque lo que haces, dices, cumples y muestras, que les beneficia a ellos.

Por favor no me mal entiendas. No te estoy planteando que dejes de interactuar con la familia y/o con tus amistades. Más bien te estoy proponiendo que debes hacer más que simplemente caer en esa rutina. Tampoco te estoy proponiendo cambiar tus relaciones familiares, personales, sociales o laborales, sino te estoy proponiendo agregar, crecer y aumentar –no remplazar- a ese círculo. O sea ampliar tu círculo de influencia.

¿Cómo? Simplemente rompe tu rutina, ¡cámbiala de vez en cuando!, y exponte a más personas.

Si dejas tus hijos en la escuela, quizá saludas a unos padres o una maestra que no conocías para posteriormente y poco a poco crecer tu conversación con ellos de un simple “buenos días” hoy, a un café y una charla más profunda en un futuro. O sea, ¿cómo sabes que no quieren lo que vendes o conocen alguien que quiere lo que vendes?

En camino al trabajo busca otra ruta y compra tu café y pan en otro establecimiento. O diferentes lugares en diferentes días. Dale tu tarjeta de presentación a esa cajera, preséntate con el gerente del establecimiento para felicitarlo por la calidad de su café. ¿Cómo sabes que no quieren lo que vendes o conocen alguien que quiere lo que vendes? ¡No lo sabes!, ¿Entonces?

En el trabajo, haz el esfuerzo de conocer a tus colegas de post venta. Preséntate con ellos o si ya los conoces ve a comer de vez en cuando con ellos. ¿Qué tal si a futuro te refieren a un familiar? ¡No asumas que no, porque no lo sabes!

Comes con los mismos individuos todos los días, ¡y llevas años haciéndolo! ¿Por qué no invitas a un cliente o prospecto nuevo o diferente a comer cada día o un vez por semana, cada semana? Pocos vendedores hacen esto. ¿Por qué?, porque es incomodo hacerlo.

Es incomodo abordar en frio el gerente de una cafetería, un padre de un alumno del colegio de tus hijos o gastar dinero en una comida con un prospecto sin tener la garantía que te vaya a comprar. Aún así hazlo o haz algo similar o algo que te late, ¡pero por tu bella y Santa Madre salte de tu zona de confort!

¿Esto significa que todos los “nuevos” quienes conoces te van a comprar o recomendar? Por supuesto que no. Pero a través de la disciplina y constancia de hacerlo, adicionalmente a todo de lo mucho (o poco) que ya estás haciendo, acabarás vendiendo más.

Te reitero, todo este tipo de prospección requiere sentirte cómodo haciendo eso que te es incomodo. Porque si no te acostumbras a esto, no irás al siguiente nivel. El nivel de ampliar lo tu círculo de influencia y tu futuro nivel de ingresos.

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