¿Te estás educando o engañando?

imagencentral-154Cuántos vendedores crees que repitieron la costumbre anual de ambicionar propósitos tanto personales como profesionales de nuevo? Sospecho que muchos. ¿Cuántos vendedores crees que no cumplieron la mayoría de sus propósitos? Sospecho que muchos.

¿Cuántos vendedores crees que se dictan los mismos propósitos año tras año? Los mismos propósitos que parecieran durar décadas –ojo: dije décadas, no años– con el fin de cambiar y mejorar algo en su vida.

Estos cambios y mejoras generalmente tienen que ver con alguno de los siguientes temas: Su salud física, mental y financiera; sus ingresos y ahorros; la calidad de relación con alguien importante en su vida; el dejar atrás un mal hábito; el crecer sus resultados y volumen de ventas; el querer ser “número 1” u obtener un ascenso, entre muchos temas más. En resumen: el tener el deseo de comenzar el nuevo año con “todo” para cambiar su vida o algo en su vida, sólo para acabar claudicando en cuestión de días o semanas. ¿Cuántos? Sospecho que muchos.

¿Y sabes porqué sospecho que muchos de ellos claudican y no logran cumplir con eso que se proponen? Porque la mayoría de ellos no implantan un proceso de preparación previo y continuo para crear los inevitables hábitos y acciones requeridos, que los llevarán a cumplir eso que tanto se propusieron.

Te lo comento porque llevo más de 10 años preguntándoles al principio de ese año a los participantes de mis cursos, seminarios y asesorías cuales fueron sus propósitos para el nuevo año y, de los que me contestan, lo interesante es que de todos los propósitos que me mencionan, que tienen que ver con el ámbito profesional, nadie se refiere al tema de auto-capacitación. Es decir, el tema de su propio desarrollo.

Te repito: A lo largo de 10 años, cuando abordo le tema de propósitos profesionales, ninguna persona me ha indicado o contestado cómo se van a responsabilizar por su propia educación profesional y mejora continua. Te lo digo porque esto es precisamente esa implantación de un proceso propio de preparación previo y continuo que permite lograr esos propósitos.

Dado eso, analiza si al establecer tus propósitos profesionales te estás educando o te estas engañando.

¿Cuál es la diferencia?

El primero te está llevando sobre un camino de disciplina propia, mejora continua y progresiva que afectará de maneras positivas tus resultados, reputación e ingresos.

El segundo simplemente te hace pensar que vas bien y un día despertaras dándote cuenta que han pasado años y tu sigues igual (o incluso empeorado) aunque tu experiencia sea mayor –ojo: experiencia, no conocimiento aplicado–.

Educarte en esencia quiere decir que te has comprometido a incrementar tu nivel de conocimiento por tu propia cuenta y has decidido arriesgarte en aplicar ese conocimiento incrementado. No estás esperando que algún individuo (como un gerente), o una institución (como la planta) te mande a un curso. Al contrario has tomado la decisión de implantar tu educación profesional propia diaria, sin depender de ningún factor.

Reflexiona: Tu propia educación profesional, no debe depender de ningún factor externo. Debe ser por tu propia cuenta.

¿Qué implica esto?

Implica comprometerte a crear un hábito de lectura, eso conlleva invertir en ti comprando (y leyendo) libros de ventas y de varios temas como prospección, seguimiento, cierres, mejora continua, manejo de objeciones, manejo de tiempo y negociación, (entre muchos otros temas).

Implica estudiar tu producto y como venderlo un poco cada día.

Implica buscar fuentes de información dentro y fuera de tu industria como la prensa independiente, el Internet y la competencia.

Implicar encontrar a un mentor.

Implica salir como consumidor y encontrar a otros vendedores exitosos para agregar a tu repertorio cosas similares que te gusten.

Implica ir a cursos y seminarios de auto mejora, ventas y/o motivación por tu cuenta.

Implica tomar clases de imagen profesional, ética, cómputo, inglés, o del tema en que flaqueas.

En resumen: implica profesionalizarte.

Lo llamativo es que pocos están dispuestos a pagar este precio. (Les da flojera y no entienden el beneficio). Y aún menos están dispuestos a incorporar esto como un estilo de vida profesional. Por eso tristemente existen pocos profesionales en este medio. Existen muchos con talento y habilidades, pero ¿existen personas que hayan tomado las decisiones y acciones para convertirse en lo arriba mencionado? Pocos…muy pocos.

Lo interesante es que quienes lo hacen despegan y vuelan en otros cielos tanto en resultados e ingresos como en niveles de reputación y carrera. Pero esto requiere mucho más que engañarse con un propósito anual.

Por tu bella y Santa Madre, ¡compra este concepto! Porque si no, seguirás acumulando propósitos sin cumplirlos. ¡Y tú eres mejor que eso! Ahora demuéstratelo. Pero ya no con sólo palabras y frases o promesas falsas anuales, sino con acciones diarias y constantes. Vale la pena.

Recuerda: Tu éxito es tu responsabilidad.©

Nos vemos en la trinchera.

Graham Ross

 

http://grahamross.com.mx/boletin/boletin153.html

 

 

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