Cómo ganar amigos e influir sobre las personas

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Texto escrito por: Alberto Rubín Martín.

Basado en el libro: “Cómo ganar amigos e influir sobre las personas” de Dale Carnegie

Siempre se ha considerado que las habilidades sociales son una de las competencias que más ayudan a la hora de “tener éxito”, para conseguir objetivos o para ser feliz en la vida.

Pues bien, uno de los libros que se ha escrito para aprender a relacionarse de forma más efectiva con la gente es Cómo ganar amigos e influir sobre las personas de Dale Carnegie.

Fue publicado en 1936 y es un auténtico clásico leído por millones de personas, desde los que simplemente quieren aprender a ser más sociales hasta líderes o hombres de negocios que quieren aprender a negociar y dirigir mejor a sus equipos.

Si pones en práctica las enseñanzas de este libro, recuerda no caer en la trampa de querer agradar a los demás siempre. De hecho es algo que deberías intentar evitar para tu salud mental.

Técnicas fundamentales para tratar con el prójimo.

1)    Si quieres recoger miel, no des puntapiés a la colmena.

“No te quejes de la nieve en el techo del vecino, cuando también cubre el umbral de tu casa.”-Confucio.

La crítica es inútil porque pone a la otra persona en la defensiva, y por común hace que trate de justificarse. La crítica es peligrosa porque lastima el orgullo, tan precioso de la persona, hiere su sentido de la importancia y despierta su resentimiento.

Comprendamos que la persona a quien queremos corregir y censurar tratará de justificarse probablemente, de censurarnos a su vez.

¿Conoce usted a alguien a quien desearía modificar, regular, y mejorar? ¡Bien! Espléndido. Yo estoy en su favor. Pero, ¿por qué no empezar por usted mismo? Desde un punto de vista puramente egoísta, eso es mucho más provechoso que tratar de mejorar a los demás. Sí, y mucho menos peligroso.

En lugar de censurar a la gente, tratemos de comprenderla. Tratemos de imaginarnos por qué hacen lo que hacen. Eso es mucho más provechoso y más interesante que la crítica; y de ello surge la simpatía, la tolerancia y la bondad. “Saberlo todo es perdonarlo todo.”

2)    El gran secreto para tratar con la gente.

“El principio más profundo del carácter humano es el anhelo de ser apreciado”.-William James.

Sólo hay un medio para conseguir que alguien haga algo. ¿Se ha detenido usted alguna vez a meditar en esto? Sí, un solo medio. Y es el de hacer que el prójimo quiera hacerlo.

La única manera de conseguir que usted haga algo es darle lo que usted quiere.

“Pasaré una sola vez por este camino; de modo que cualquier bien que pueda hacer o cualquier cortesía que pueda tener para con cualquier ser humano, que sea ahora. No la dejaré para mañana, ni la olvidaré, porque nunca más volveré a pasar por aquí.”

3)    “Quien puede hacer esto tiene al mundo entero consigo; quien no puede, marcha solo por el camino”.

“Si hay un secreto del éxito, reside en la capacidad para apreciar el punto de vista del prójimo y ver las cosas desde ese punto de vista así como del propio”.-Henry Ford.
El único medio de que disponemos para influir sobre el prójimo es hablar acerca de lo que él quiere, y demostrarle cómo conseguirlo.

La acción surge de lo que deseamos fundamentalmente… y el mejor consejo que puede darse a los que pretenden ser persuasivos, ya sea en los negocios, en el hogar, en la escuela o en la política es éste: primero, despertar en la otra persona un franco deseo. Quien puede hacerlo tiene al mundo entero consigo. Quien no puede, marcha solo por el camino”.

Mañana querrá usted persuadir a alguien de que haga algo. Antes de hablar, haga una pausa y pregúntese: “¿Cómo puedo lograr que quiera hacerlo?”

Cuando tenemos una idea brillante, en lugar de hacer que la otra persona piense que es nuestra, ¿por qué no dejarle que prepare esa idea por sí mismo, como preparó el desayuno aquella niñita? Entonces considerará que esa idea es suya; le gustará, y quizá se sirva dos porciones.

Seis maneras de agradar a los demás.

1)    Haga esto y será bienvenido en todas partes.

“El individuo que no se interesa por sus semejantes es quien tiene las mayores dificultades en la vida y causa las mayores heridas a los demás. De esos individuos surgen todos los fracasos humanos”.-Alfred Adler.

“Nos interesan los demás cuando se interesan por nosotros”.-Pubilio Syro.

Usted puede ganar más amigos en dos meses interesándose de verdad en los demás, que los que se pueden ganar en dos años cuando se trata de interesar a los demás en uno mismo.

Mostrar un interés genuino en los demás no sólo le reportará amigos, sino que también puede crear lealtad a la compañía por parte de los clientes.

El interés, lo mismo que todo lo demás en las relaciones humanas, debe ser sincero. Debe dar dividendos no sólo a la persona que muestra el interés, sino también a la que recibe la atención.

2)    Una manera sencilla de causar una buena primera impresión.

“La acción parece seguir al sentimiento, pero en realidad la acción y el sentimiento van juntos; y si se regula la acción, que está bajo el control más directo de la voluntad, podemos regular el sentimiento, que no lo está”.-William James.

“Nada es bueno o malo sino que el pensamiento es lo que hace que las cosas sean buenas o malas”.-Shakespeare.

Las acciones dicen más que las palabras, y una sonrisa expresa: “Me gusta usted. Me causa felicidad. Me alegro tanto de verlo”.

Todo el mundo busca la felicidad, Y hay un medio seguro para encontrarla. Consiste en controlar nuestros pensamientos. La felicidad no depende de condiciones externas, depende de condiciones internas.

No es lo que tenemos o lo que somos o donde estamos o lo que realizamos, nada de eso, lo que nos hace felices o desgraciados. Es lo que pensamos acerca de todo ello.

Porque nadie necesita tanto una sonrisa como aquel a quien no le queda ninguna que dar.

3)    Si no hace usted esto, va a pasarlo mal.

Deberíamos tener presente la magia que hay en un nombre, y comprender que es algo propio exclusivamente de esa persona, y de nadie más. El nombre pone aparte al individuo; lo hace sentir único entre todos los demás. La información que damos, o la pregunta que hacemos, toma una importancia especial cuando le agregamos el nombre de nuestro interlocutor. Desde la camarera hasta el principal ejecutivo de una empresa, el nombre obrará milagros cuando tratarnos con la gente.

4)    Fácil manera de convertirse en un buen conversador.

“No hay misterios en una feliz conversación de negocios… Es muy importante prestar atención exclusiva a la persona que habla. Nada encierra tanta lisonja como eso”.-Charles W. Eliot.

Recuerde que la persona con quien habla usted está cien veces más interesada en sí misma y en sus necesidades y sus problemas que en usted y sus problemas. Su dolor de muelas le importa más que una epidemia que mate a un millón de personas en China. Un forúnculo en el cuello significa para él una catástrofe mayor que cuarenta terremotos en África. Piense en eso la próxima vez que inicie una conversación.

5)    Cómo interesar a la gente.

El camino real hasta el corazón es hablarle de las cosas que más preciadas le son. Hablar en términos de los intereses de la otra persona es beneficioso para las dos partes.

6)    Cómo hacerse agradable ante las personas instantáneamente.

“Haz al prójimo lo que quieras que el prójimo te haga a ti”.-Jesús de Nazaret.

“Hábleles a las personas de ellos mismos y lo escucharán por horas.-Benjamin Disraeli.

Si somos tan despreciables, por egoístas, que no podemos irradiar algo de felicidad y rendir un elogio honrado, sin tratar de obtener algo en cambio; si nuestras almas son de tal pequeñez, iremos al fracaso, a un fracaso merecido.

 

Logre que los demás piensen como usted.

1)    No es posible ganar una discusión.

“Si discute usted, y pelea y contradice, puede lograr a veces un triunfo; pero será un triunfo vacío, porque jamás obtendrá la buena voluntad del contrincante.”-Benjamín Franklin.

“El odio nunca es vencido por el odio sino por el amor”, y un malentendido no termina nunca gra cias una discusión sino gracias al tacto, la diplomacia, la conciliación, y un sincero deseo de apreciar el punto de vista de los demás.-Buda.

Cuando uno grita, el otro escucha. Cuando dos personas gritan, no hay comunicación, sólo ruido y malas vibraciones”.

2)    Un medio seguro de conquistar enemigos… y cómo evitarlo.

“Se ha de enseñar a los hombres como si no se les enseñara, Y proponerles cosas ignoradas como si fueran olvidadas.”-Alexander Pope.

“No se le puede enseñar nada a nadie; sólo se lo pue de ayudar a que lo encuentre dentro de sí.”-Galileo Galilei.

No empiece nunca anunciando: “Le voy a demostrar tal y tal cosa”. Está mal. Eso equivale a decir: “Soy más vivo que usted. Voy decirle una o dos cosas y le haré cambiar de idea”. Esto es un desafío. Despierta oposición y hace que quien lo escucha quiera librar batalla con usted, antes e que empiece a hablar.

Si va usted a demostrar algo, que no lo sepa nadie. Hágalo sutilmente, con tal destreza que nadie piense que lo está haciendo.

Jamás se verá en aprietos por admitir que quizá se equivoque. Eso detendrá todas las discusiones y dará a la otra persona el deseo de ser tan justo y ecuánime como usted. Le hará admitir que también él puede equivocarse.

Cuando nos equivocamos, a veces lo admitimos para nuestros adentros. Y si se nos sabe llevar, con suavidad y con tacto, quizá lo admitamos ante los demás y acaso lleguemos a enorgullecernos de nuestra franqueza y ecuanimidad en tal caso. Pero no ocurre así cuando otra persona trata de meternos a golpes en la garganta el hecho poco sabroso de que no tenemos razón.

3)    Si se equivoca usted, admítalo.

“Peleando no se consigue jamás lo suficiente, pero cediendo se consigue más de lo que se espera”.

Diga usted de sí mismo todas las cosas derogatorias que sabe está pensando la otra persona, o quiere decir, o se propone decir, y dígalas antes de que él haya tenido una oportunidad de formularlas, y le quitará la razón de hablar.

Hay un cierto grado de satisfacción en tener el valor de admitir los errores propios. No sólo limpia el aire de culpa y actitud defensiva, sino que a menudo ayuda a resolver el problema creado por el error.

Cualquier tonto puede tratar de defender sus errores -y casi todos los tontos lo hacen-, pero está por encima de los demás, y asume un sentimiento de nobleza y exaltación quien admite los propios errores.

4)    Una gota de miel.

“Una gota de miel caza más moscas que un galón de hiel”.-Abraham Lincoln.

A nadie le gusta cambiar de idea. A nadie es posible obligar por la fuerza a que convenga con usted o conmigo. Pero es posible conducir a la otra persona a ello, si somos suaves y amables.

5)    El secreto de Sócrates.

“Un no como respuesta -dice el profesor es un obstáculo sumamente difícil de vencer. Cuando una persona ha dicho No, todo el orgullo que hay en su personalidad exige que sea consecuente consigo mismo.-Overstreet.

Cuando hable con alguien, no empiece discutiendo las cosas en que hay divergencia entre los dos. Empiece destacando -y siga destacando- las cosas en que están de acuerdo. Siga acentuando -si es posible- que los dos tienden al mismo fin y que la única diferencia es de método y no de propósito.

Haga que la otra persona diga “Sí, sí”, desde el principio. Evite, si es posible, que diga “No”.

La próxima vez que deseamos decir a alguien que se equivoca, recordemos al viejo Sócrates y hagamos una pregunta amable, una pregunta que produzca la respuesta: “Sí, sí”.

6)    La válvula de seguridad para atender quejas.

“Si quieres tener enemigos, supera a tus amigos; si quieres tener amigos, deja que tus amigos te superen”.-La Rochefoucauld.

Casi todos nosotros, cuando tratamos de atraer a los demás a nuestro modo de pensar, hablamos demasiado. Los vendedores, especialmente, son adictos a este costoso error. Dejemos que hable la otra persona. Ella sabe más que nosotros acerca de sus negocios y sus problemas. Hagámosle preguntas. Permitámosle que nos explique unas cuantas cosas.

La verdad es que hasta nuestros amigos prefieren hablarnos de sus hazañas antes que escucharnos hablar de las nuestras.

7)    Cómo obtener cooperación.

“Al hombre hay que enseñarle como si no se le enseñara, y proponerle lo desconocido como olvidado”.-Alexander Pope.

“La razón por la cual los ríos y los mares reciben el homenaje de cien torrentes de la montaña es que se mantienen por debajo de ellos. Así son capaces de reinar sobre todos los torrentes de la montaña. De igual modo, el sabio que desea estar por encima de los hombres se coloca debajo de ellos; el que quiere estar delante de ellos, se coloca detrás. De tal manera, aunque su lugar sea por encima de los hombres, éstos no sienten su peso; aunque su lugar sea delante de ellos, no lo toman como insulto.”-Lao Tse.

A nadie agrada sentir que se le quiere obligar a que compre o haga una cosa determinada. Todos preferimos creer que compramos lo que se nos antoja y aplicamos nuestras ideas. Nos gusta que se nos consulte acerca de nuestros deseos, nuestras necesidades, nuestras ideas.

8)    Una fórmula que le resultará maravillosa.

“Se coopera eficazmente en la conversación cuando uno muestra que considera las ideas y sentimiento de la otra persona tan importantes como los propios.”-Gerald S. Nirenberg.

Recuerde que la otra persona puede estar equivocada por completo. Pero ella no lo cree. No la censure. Cualquier tonto puede hacerlo. Trate de comprenderla. Sólo las personas sagaces, tolerantes, excepcionales, tratan de proceder así.

Hay una razón por la cual la otra persona piensa y procede como lo hace. Descubra esa razón oculta y tendrá la llave de sus acciones, quizá de su personalidad. Trate honradamente de ponerse en el lugar de la otra persona. Si usted llegara a decirse: “¿Qué pensaría; cómo reaccionaría yo si estuviera en su lugar?”, habrá ahorrado mucho tiempo e irritación, pues “al interesarnos en las causas es menos probable que nos disgusten los efectos”.

Mañana, antes de pedir a alguien que apague una hoguera o compre su producto o contribuya a su caridad favorita, ¿por qué no cierra usted los ojos y trata de verlo todo desde el punto de vista de la otra persona? Pregúntese: ¿Por qué esta persona va a querer hacerlo? Es cierto que esto le llevará tiempo; pero le ayudará a lograr amigos y a obtener mejores resultados, con menos fricción y menos trabajo.

9)    Lo que todos quieren.

¿No le gustaría tener una frase mágica que sirva para detener las discusiones, para eliminar malos sentimientos, crear buena voluntad y hacer que se lo escuche atentamente? ¿Sí? Pues bien, aquí está. Comience diciendo: “Yo no lo puedo culpar por sentirse como se siente. Si yo estuviera en su lugar, no hay duda de que me sentiría de la misma manera”. Una frase como esa suavizará a la persona más pendenciera del mundo. Y usted

10) Un llamado que gusta a todos.

Por común la gente tiene dos razones para hacer una cosa: una razón que parece buena y digna, y la otra, la verdadera razón. Cada uno piensa en su razón verdadera. No hay necesidad de insistir en ello. Pero todos, en el fondo somos idealistas, queremos pensar en los motivos que parecen buenos. Así pues, a fin de modificar a la gente, apelemos a sus motivos más nobles.

La gente es honrada y quiere responder a sus obligaciones. Las excepciones de esta regla son comparativamente escasas, y yo estoy convencido de que el individuo inclinado a regatear reaccionará favorablemente en casi todos los casos si se le hace sentir que se lo considera una persona honrada, recta y justa.

11) Así se hace en el cine y en la televisión ¿Por qué no lo hace usted?

Este es el tiempo de la dramatización. No basta con decir una verdad. Hay que hacerla vívida, interesante, dramática. El cine lo hace; la televisión lo hace. Y usted también tendrá que hacerlo si quiere llamar la atención.

Pueden dramatizarse las ideas en los negocios o en cualquier otra área de la vida.

12) Cuando ninguna otra cosa le dé resultado, pruebe esto.

¡El deseo de superarse! ¡El desafío! ¡Arrojar el guante! Un medio infalible de apelar a los hombres de carácter.

Eso es lo que encanta a toda persona que triunfa: el juego. La oportunidad de expresarse. La oportunidad de demostrar lo que vale, de destacarse, de ganar. Esto es lo que da atracción a las carreras pedestres. El deseo de sobresalir. El deseo de sentirse importante.

 

Sea un líder: cómo cambiar a los demás sin ofenderlos ni despertar resentimientos.

1)    Si tiene usted que encontrar defectos, esta es la manera de empezar.

Empezar con elogios es hacer como el dentista que empieza su trabajo con novocaína. Al paciente se le hace todo el trabajo necesario, pero la droga ya ha insensibilizado al dolor.

2)    Cómo criticar y no se odiado por ello.

Llamar la atención indirectamente sobre los errores obra maravillas sobre personas sensibles que pueden resentirse ante una crítica directa.

3)    Hable primero de sus propios errores.

No es tan difícil escuchar una relación de los defectos propios si el que la hace empieza admitiendo humilde mente que también él está lejos de la perfección.

4)    A nadie le agrada recibir ordenes.

El resentimiento provocado por una orden violenta puede durar mucho tiempo, aún cuando la orden haya sido dada para corregir una situación evidentemente mala.

Hacer preguntas no sólo vuelve más aceptables las órdenes, sino que con frecuencia estimula la creatividad de la persona a quien se le pregunta. Es más probable que la gente acepte con gusto una orden si ha tomado parte en la decisión de la cual emanó la orden.

5)    Permita que la otra persona salve su prestigio.

“No tengo derecho a decir o hacer nada que disminuya a un hombre ante sí mismo. Lo que importa no es lo que yo pienso de él, sino lo que él piensa de sí mismo. Herir a un hombre en su dignidad es un crimen”.-Saint Exupéry.

¡Salvar el prestigio! ¡Cuán importante, cuán vitalmente importante es esto! ¡Y cuán pocos entre nosotros nos detenemos a pensarlo! Pisoteamos los sentimientos de los demás, para seguir nuestro camino, descubrimos defectos, proferimos amenazas, criticamos a un niño o a un empleado frente a los demás, sin pensar jamás que herimos el orgullo del prójimo. Y unos minutos de pensar, una o dos palabras de consideración, una comprensión auténtica de la actitud de la otra persona contribuirán poderosamente a aligerar la herida.

6)    Cómo estimular a las personas hacia el triunfo.

“El elogio es como la luz del sol para el espíritu humano; no podemos florecer y crecer sin él. Y aun así, aunque casi todos estamos siempre listos para aplicar a la gent e el viento frío de la crítica, siempre sentimos cierto desgano cuando se trata de darle a nuestro prójimo la luz cálida del elogio”.-Jess Lair.

“Las capacidades se marchitan bajo la crítica; florecen bajo el estímulo.”-Dale Carnegie.

A todos les agrada ser elogiados, pero cuando el elogio es específico, se lo recibe como sincero, no algo que la otra persona puede estar diciendo sólo para hacemos sentir bien. Recordémoslo: todos anhelamos aprecio y reconocimiento, y podríamos hacer casi cualquier cosa por lograrlo. Pero nadie quiere mentiras ni adulación.

7)    Crea fama y échate a dormir.

“Asume una virtud si no la tienes”.-Shakespeare.

Si quiere usted que una persona mejore en cierto sentido, proceda como si ese rasgo particular fuera una de sus características sobresalientes.

8)    Haga que los errores parezcan fáciles de corregir.

Digamos a un niño, a un esposo, o a un empleado, que es necio en ciertas cosas, que no tiene dotes para hacerlas, que las hace mal, y habremos destruido todo incentivo para que trate de mejorar. Pero si empleamos la técnica opuesta; si somos liberales en la forma de alentar; si hacemos que las cosas parezcan fáciles de hacer; si damos a entender a la otra persona que tenemos fe en su capacidad para hacerlas, la veremos practicar hasta que asome la madrugada, a fin de superarse.

9)    Procure que la otra persona se sienta satisfecha de hacer lo que usted quiere.

Por ejemplo, en lugar de dar una orden seca como ésta: “Juan, mañana vendrán clientes y quiero que el depósito esté limpio, así que bárralo, apile con prolijidad la mercadería y limpie el mostrador”, podemos expresar lo mismo mostrando los beneficios que obtendrá Juan si hace su trabajo: “Juan, tenemos un trabajo que habrá que hacer, y si se hace ahora, no habrá que preocuparse después. Mañana traeré a unos clientes a mostrarles las instalaciones. Me gustaría mostrarles el depósito, pero no está presentable. Si usted puede barrerlo, apilar la mercadería con prolijidad y limpiar el mostrador, nos hará lucir más eficientes y usted habrá hecho su parte para darle una buena imagen a nuestra compañía”.

 

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