¡ER, Terapia Intensiva! – Malas rachas son mentales, no circunstanciales. ®


Por: Oscar Cedillo

Oscar es un apasionado de la Industria Automotriz, con más de 15 años de trayectoria. Se ha desempeñado en dos corporativos automotrices, vendió autos con éxito en una marca japonesa. Es un experto en capacitación, asesoría y entrenamiento de fuerza de ventas, Gerentes de Ventas, Gerentes Generales y Directores.
Director de Ventas en GrahamRoss Training


¿Por qué cuando caemos tardamos en salir adelante?

En un sinfín de ocasiones o situaciones, gerentes, vendedores o dueños de agencias me han preguntado: ¿Por qué el vendedor se cae? O, ¿por qué logra sus resultados un tiempo y, cuando no lo hace, entra en un círculo vicioso? O, ¿por qué no logra cambiar?

Y, aunque no me lo creas, la respuesta es simple: malas rachas son mentales, no circunstanciales. ®

¿Qué quiere decir esto? Que todo está en la mente de las personas. En la forma en que están procesando las cosas o en las cosas en que se están enfocando y no en realmente accionar y salir adelante.

Otra de las razones por las que no podemos seguir adelante o nos cuesta trabajo cambiar o darnos cuenta de lo que nos está haciendo mal, es porque existen tres causas inobjetables que impiden tu éxito, crecimiento, felicidad. Estas son: miedo, desconocimiento y desidia.

En el libro “El poder de los Opuestos” de Ichak Adizes (¡gracias, Rubén Guajardo por la recomendación!) existe una analogía de los que nos pasa en la vida diaria y cómo nos desenfocamos. El Dr. Ichak, pone de ejemplo a una persona que entra a un hospital y de la nada lo ingresan a terapia intensiva. En ese momento los cuidados y la atención para ese paciente son exhaustivos. El seguimiento de sus signos vitales también lo son; pero hay algo más que cambia en la rutina de cuidados de ese paciente, ¿sabes qué cambia también? El horario y las visitas que esa persona puede recibir.

Si has tenido a una ser querido o un conocido en terapia intensiva, no me vas a dejar mentir. El horario de vistas es nulo o casi muy poco, y solo las personas más cercanas o queridas al paciente pueden ingresar al cuarto por un periodo de no más de 15 minutos al día.

¿Te has preguntado por qué es esto?

Resulta que cuando una persona está enferma o convaleciente, todo su cuerpo lo sabe y lucha y trabaja arduamente para recuperarse y salir adelante. Todas las fuerzas y energía deben estar enfocada en ello, es por eso por lo que también duermen mucho. Pero si existen factores externos que distraigan o que alteren esas actividades, al cuerpo le cuesta más trabajo recuperarse porque no está enfocado en lo que tiene que hacer.

Si analizamos esto más a fondo, tiene todo el sentido del mundo. Imagina la escena: el paciente en terapia intensiva, lo visitan todos sus familiares y amigos y a cada visita escuchar “tú puedes, vas a salir adelante, échale ganas, tienes mucho porque seguir adelante, están tus hijos, no los puedes dejar, que van a hacer sin ti”… Ya me expliqué, ¿cierto

En el interior, la persona, más allá de sentir apoyo, siente preocupación y una presión que no debería tener. Además, está gastando y enfocando su energía en algo que su cuerpo y mente no deberían. El objetivo es sanar, y solo se debería enfocar en su recuperación.

Bueno, pues poniendo un ejemplo de la vida en ventas “ventas es un reflejo de la vida, y la vida es un reflejo de las ventas” ®, esto es exactamente lo que pasa con las malas rachas. Entramos a terapia intensiva por el resultado del mes y nosotros mismos nos empezamos a enfocar y presionar de forma negativa. Y en nuestra mente nos empezamos a preguntar: “ahora qué voy a hacer, de dónde voy a sacar más ventas, a lo mejor esto no es para mí, seguro en algo estoy mal”, etc.

Lo primero que te recomiendo es enfocarte en la solución, no en el problema. Utiliza toda tu energía y tu mente en sanarte y curarte lo más pronto posible.

A continuación, en listo algunos puntos que te serán de ayuda para salir lo más rápido posible de Terapia Intensiva.

  1. Sé honesto contigo, quieres o no quieres salir de TI.

Cuando te propones algo que en realidad no quieres hacer, ya sea porque crees que debes hacerlo o porque otras personas lo esperan, es normal que no encuentres ni tiempo ni motivación. Al fin y al cabo, no es lo que tú quieres.

Por eso es importante que seas tú el que quiere conseguirlo y que sea importante para ti.

Tener una razón que te parezca importante y que te entusiasme es lo que más te va a motivar.

  1. Plantea tus objetivos de otra forma:
  • Específicos.

Qué, cuándo, cómo y dónde. “Hacer más ejercicio” no es un objetivo específico. La alternativa podría ser “correr 30 minutos, tres días a la semana”.

Proponerte correr un maratón cuando no has hecho ejercicio en tu vida no sería realista. Proponerte “correr los lunes, miércoles y viernes durante 30 minutos” sí podría serlo.

Proponerte ganar un millón de pesos en seis meses cuando acabas de empezar tu negocio, no parece muy factible. Pero nadie te dice que no lo puedas conseguir.

Lo ideal es dividir estos grandes objetivos en otros más pequeños. A estos se les llama metas. Y la acumulación de pequeñas metas o batallas te conseguirán una gran victoria o el logro de tu objetivo.

Tienes que saber cuándo has conseguido tu objetivo. “Vender más carros” es un mal ejemplo de medible, la alternativa sería “vender 5 autos más” por ejemplo.

  • Con límite de tiempo

Ponerte una fecha límite conseguirá que te concentres y esfuerces más por conseguir tu objetivo. Así, siguiendo el ejemplo anterior, puedes sustituir “vender 5 autos más” por “vender 5 autos más en tres meses”.

  1. Enfócate en la solución (el cómo), no en el problema

No esperes a celebrar tus logros cuando llegues al final. Premia tu actitud, tu esfuerzo, tu progreso, no el resultado. Lo que importa es lo que te estás esforzando y disfrutar del camino o al menos hacerlo lo más ameno posible. Transmite pasión y entusiasmo a cada oportunidad que tengas.

Así que a cada paso reconoce lo bien que lo estás haciendo y prémiate de vez en cuando. Así conservarás la motivación durante todo el proceso.

Otro punto importante aquí es tu conociento de producto, procesos, competencia y del cliente. Aquí debes preguntarte qué tan preparado estás en estos temas.

  1. Subestimas el tiempo y energía que vas a necesitar.

Normalmente subestimamos el tiempo y energía que va a requerir una actividad porque no tenemos en cuenta posibles imprevistos, interrupciones y contratiempos. El resultado es que no llegas a tu objetivo cuando habías planeado, te agobias, te sientes poco eficiente y abandonas, desmotivada.

La próxima vez calcula logros o metas intermedias. NO esperes llegar a tu objetivo a final de mes, mejor planifica tus resultados en semanas o días. Esto es algo muy sencillo que da muy buenos resultados.

  1. Eres demasiado exigente.

Comprométete contigo mismo y no busques excusas, pero sé flexible, si tienes que modificar tu objetivo.

Las exigencias, lo único que consiguen es hacerte sentir frustrado y enfadado cuando las cosas no salen como quieres, y como es muy probable que alguna vez no lo hagan, lo mejor que puedes hacer es ser flexible y adaptarte a los imprevistos.

  1. ¡Recuerda siempre quién eres!

Por absurdo que esto pueda sonar, recuerda siempre quién eres y de todas las batallas y situaciones de las que has salido adelante. Hoy estás donde estás, gracias a la persona en el espejo. Y seguirás y saldrás adelante gracias a esa persona.

Así que trabaja todos los días y esfuérzate en lograr que tu bienestar no se convierta en tu zona de confort.

Te espero fuera de Terapia Intensiva.

 

Te mando un fuerte abrazo, Oscar Cedillo.

 

Si estás interesado en un diagnóstico contactanos en contacto@grt.mx ¡estaremos felices por ayudarte!

One Comment

Responder a Alma Medellin Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *