El triste precio de la mediocridad y la espectacular recompensa de asumir la responsabilidad.


Por: Oscar Cedillo
Oscar es un apasionado de la Industria Automotriz, con más de 15 años de trayectoria. Se ha desempeñado en dos corporativos automotrices, vendió autos con éxito en una marca japonesa. Es un experto en capacitación, asesoría y entrenamiento de fuerza de ventas, Gerentes de Ventas, Gerentes Generales y Directores.
Capacitador en GrahamRoss Training



“Solo los mediocres viven y mueren en su mejor momento”.

Hace unos días tuve la oportunidad de hacer un viaje en carretera para dar un curso presencial. Este tipo de viajes muchas veces me permite hacer ejercicios de introspectiva y hacer un poco de análisis de lo que está sucediendo en el día a día. Durante ese trayecto venía escuchando un audio-libro de Robin Sharma, “El líder que no tenía cargo”. Ese libro es una maravilla. Pero específicamente quiero compartir contigo algunos de los conceptos que se explican en uno de sus capítulos. Este capítulo en específico me conmovió y me dio mucho en qué pensar.
En el capítulo tres, El triste precio de la mediocridad y la espectacular recompensa del éxito, el autor introduce 20 conceptos. 10 de ellos hablan de cómo sería no vivir una vida plena y sin hacer nuestro máximo esfuerzo, y los otros 10 hablan de cómo sería vivir una vida plena y haciendo todo el tiempo el máximo esfuerzo.

A continuación los conceptos:

Los 10 arrepentimientos humanos son:
1. Llegar a tu último día cuando la magnífica canción que tenías que interpretar sigue en silencio en tu interior y sin haberse reproducido.
2. Llegar a tu último día sin haber experimentado el poder natural que posees para crear una gran obra y alcanzar grandes logros.
3. Llegar a tu último día dándote cuenta de qué jamás has inspirado a nadie con tu ejemplo.
4. Llegar a tu último día lleno de dolor al darte cuenta de que jamás asumiste grandes riesgos y, por tanto, jamás obtuviste grandes recompensas.
5. Llegar a tu último día sabiendo que perdiste la oportunidad de ver ni de lejos lo que es la excelencia porque te creíste la mentira de qué debías resignarte a la mediocridad y a no perseguir la grandeza.
6. Llegar a tu último día lamentando no haber aprendido nunca a transformar la adversidad en victoria y el plomo en oro.
7. Llegar a tu último día lamentando haber olvidado que el objetivo de la vida consiste en ayudar a los demás, no en ayudarte a ti mismo.
8. Llegar a tu último día sabiendo que has vivido la vida que la sociedad te enseñó a desear y no la vida que verdaderamente querías y soñabas.
9. Llegar a tu último día y averiguar que jamás realizaste todo tu potencial ni te acercaste al genio en el que tenías que haberte convertido.
10. Llegar a tu último día y descubrir que podías haber sido un líder y transformar el mundo en un lugar mejor, pero te negaste a aceptar esa misión porque te dio miedo, así que fracasaste y desperdiciaste tu vida.

Nada podrá destruir tanto tu espíritu como encontrarte en tu lecho de muerte con esas 10 condiciones. El verdadero dolor humano es llegar al final de tus días y darte cuenta de que has desperdiciado tu don más importante, la posibilidad de mostrar tu excelencia al mundo que te rodea. “El potencial sin realizar se convierte en dolor”.

El éxito se crea mediante la realización de pequeñas disciplinas cotidianas que van amontonándose con el tiempo y producen logros que superan por mucho cualquier cosa que pudieras haber planeado.

El fracaso es una cadena inevitable de pequeños actos cotidianos de negligencia realizados constantemente hasta que te llevan a un punto sin retorno.

Entendiendo eso, ahora vamos a ver “Las 10 victorias humanas”.

Las 10 victorias humanas
1. Llegas al final de tu vida sintiéndote feliz y realizado porque lo has aprovechado todo al máximo, has utilizado todos tus talentos, tus mayores recursos y lo mejor de tu potencial, desempeñando un gran trabajo y llevando una vida poco común.
2. Llegas al final sabiendo que has vivido una vida excelente y que has mantenido el listón lo más alto posible en todo lo que has hecho.
3. Llegas al final celebrando con todo tu corazón haber tenido la valentía de enfrentarte siempre a tus mayores miedos y de hacer realidad tus ambiciones más elevadas.
4. Llegas al final sabiendo que has sido una persona que ha inspirado y motivado a otros en lugar de desanimarlos.
5. Llegas al final sabiendo que, aunque tu viaje no siempre haya sido fácil, cada vez que caíste te levantaste de inmediato y tu optimismo no decayó en ningún momento.
6. Llegas al final disfrutando de la asombrosa gloria de tus fenomenales logros y del valor de haber colaborado en las vidas de las personas a las que tuviste la suerte de ayuda.
7. Llegas al final encantado con la persona fuerte, ética, empática, inspiradora que llegaste a ser.
8. Llegas al final y te das cuenta de que has sido un auténtico innovador que abrió nuevos caminos en lugar de seguir las viejas rutas.
9. Llegas al final rodeado de compañeros que te consideran una estrella, de clientes que te consideran un héroe y de seres queridos que te consideran una leyenda.
10. Llegas al final sabiendo que tus grandes logros perdurarán mucho más allá de tu muerte y que tu vida será un modelo a seguir.

Algo que he aprendido a través del tiempo es que las personas de éxito son aquellas personas que están dispuestas a hacer las cosas que los fracasados no están dispuestos a hacer; aunque tampoco les guste, tienen la disciplina necesaria para hacer lo que es necesario y correcto en lugar de lo que es más fácil y divertido. Pocas cosas causan tanta felicidad y plenitud como saber que estás alcanzando tu máximo potencial.

Si al leer estas líneas tienes el deseo de hacer cosas diferentes o empezar con cambios en tu vida, quiero que entiendas algo: los cambios que transforman nuestras vidas son los que se logran a un nivel sentimental, no racional. El hecho de que en este momento no alcances a ver todas las posibilidades y el éxito que tendrás, no quiere decir que no exista o que no lo obtendrás.
Pon en juego emociones, sentimientos, pasión y energía; es ahí donde inician los cambios verdaderos y duraderos.

Por último, RESPONSABILÍZATE: mientras más control y dueño seas de tus decisiones, más poderosas serán estas, y más poderosos y contundentes tus actos.

El trabajo honesto y apasionado siempre te dará grandes recompensas.

¡Te deseo mucho éxito!

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