RESILIENCIA 3.0


Por: Mario Domínguez
Experto en capacitación, ventas, facilitación de contenidos y desarrollador de talento. Colaboró como Asesor de Ventas en la Industria Automotriz. Actualmente, capacitador de la fuerza de ventas en varias industrias, contribuyendo a la formación y mejora de habilidades gerenciales.
Capacitador en GrahamRoss Training


Arrancando ya el segundo semestre del 2022, varios retos resultantes de la pandemia continúan apareciendo para desafiar a organizaciones, industrias, sectores y en estricto sentido a la humanidad en general. En las últimas semanas, hemos sido testigos de indicadores a la alza en el número de contagios y la OMS advierte que la pandemia de COVID-19 está lejos de terminar.

Dentro de esa realidad, continuamos aprendiendo cómo “convivir” con el virus y cómo seguimos adelante con decisiones, dinámicas, labores, operaciones y de varias cosas más que hacíamos antes del marzo 2020. Esa convivencia que hoy mantenemos nos coloca en una posición favorable como organizaciones, para aceptar las medidas de contingencia sanitaria vigentes de manera más ágil y veloz.

Durante la pandemia, existe un concepto que se ha transformado y evolucionado al paso de los meses. Nos referimos a resiliencia, misma que la Real Academia la define como “Capacidad de adaptación de un ser vivo, frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos”. El término también ha sido utilizado para explicar procesos en varias disciplinas como la ecología, la osteología, la metalurgia o incluso ciencias sociales; en las cuales se homologa su origen latín resilio que significa volver a atrás, volver de un salto o rebotar.

En palabras distintas, podemos definirla cómo desarrollo adecuado aún con circunstancias adversas. Dentro del resto de nuestro artículo lo dirigiremos hacía el terreno organizacional. Proponiendo que la resiliencia o al menos la percepción que tenemos del concepto como organizaciones ha evolucionado durante pandemia, ha tenido 3 etapas diferentes:

  • Aislamiento Estricto: durante esta primera etapa, la resiliencia consistió en primero poder mantenernos ecuánimes ante los contagios y cuadros clínicos producto de la misma pandemia, revaloramos la salud como un elemento fundamental de vida y cómo miembros de equipos de trabajo. En segundo lugar, la resiliencia consistió en cómo poder cambiar dinámicas de la vida cotidiana, resistiendo a salir del aislamiento al mismo tiempo qué, operábamos en modo remoto de forma empírica en el mayor volumen. Resiliencia asociada con la tranquilidad aun en la tormenta.

 

  • Volviendo moderadamente a actividades: durante esta segunda etapa, las vacunas llegaron y aunque a nivel mundial fuimos testigos de un escenario dicotómico entre pro-vacunas y anti-vacunas, volvimos moderadamente a actividades. La resiliencia en esta etapa consistió en tener la capacidad de aguantar ese ritmo en el que regresamos a ciertas dinámicas, optando por caminar pasos a la vez, evitando caer en desesperación por esa condición. Resiliencia asociada con paciencia aun queriendo lograr los resultados que no pudimos alcanzar en la primera etapa.

 

  • Nueva Configuración: en esta tercera etapa, la resiliencia organizacional va más allá de las primeras 2. Varios autores y firmas globales de consultoría han propuesto la importancia de entender a la resiliencia no sólo como una “capacidad” de la organización sino como un camino para avanzar en la estrategia de la organización. Resiliencia asociada a una filosofía del negocio para prosperar.

Compartiendo la propuesta de unos de los autores que precisamente abordan el tema de resiliencia, nos referimos a Keith Ferrazzi que en su libro más reciente “Competing in the New World of Work” (Compitiendo en el nuevo mundo del trabajo) sugiere el término “adaptabilidad radical” y dedica un capítulo entero en el tema del presente artículo: Resiliencia.

Aquí los 4 pilares de los equipos resilientes que Ferrazzi propone:

  • Franqueza: equipos resilientes se asegurar de tener un espacio de diálogo abierto y honesto para resolver desafíos que la organización va enfrentando cotidianamente en la operación.
  • Ingenio: para equipos resilientes es una prioridad crear en conjunto soluciones creativas y eficaces para las distintas áreas del negocio y no solamente aquellas áreas dedicadas a la innovación y creación.
  • Compasión y Empatía: los equipos resilientes hoy en día, están verdaderamente atentos a cada persona del equipo y actuar en consecuencia.
  • Humildad: Es una condición fundamental que dentro de un equipo resiliente suele solicitarse y brindarse apoyo entre colaboradores de la organización teniendo en mente el beneficio colectivo.

Al analizar cada uno de los pilares que Ferrazzi propone en su libro, podemos entonces decir que el concepto de Resiliencia efectivamente ha tenido una evolución innegable y que ha expandido la frontera de los temas que aparentemente eran los únicos dentro de su concepción.

Ahora bien, ¿cómo podríamos desarrollar la resiliencia en nuestros equipos de trabajo? En el libro, el mismo Ferrazzi nos sugiere 7 claves para aplicarlas en la organización y entre los equipos que la conforman. A continuación, los enlistamos:

  • Pausas de sinceridad. Similar a un receso, en el que podemos comentar cómo visualizamos algún elemento de la estrategia con personas del equipo.
  • Observadores externos. Poder convocar a personas de otros departamentos para escuchar puntos de vista distintos y sin sesgos.
  • Contar historias. Fortalecer esta práctica para compartir aprendizajes y experiencias.
  • Reconocer desafíos. Externar con honestidad preocupaciones y temores para caminar por el camino propuesto.
  • Demostrar interés. Aunque no seamos la persona responsable de algún proyecto, interesémonos por el avance y cómo progresan las personas en él.
  • Medir nivel de energía. Antes de arrancar alguna reunión o iteración, pregunta acerca de ese nivel para tomarlo en cuenta durante esa sesión.
  • Co-Elevación. Asumir los desafíos en conjunto, exponiendo, escuchando y proponiendo entre los miembros del equipo.

Lo que podemos hacer es primero reflexionar (reconocer) y luego poner en práctica (regular) los elementos de la resiliencia para la mejora de la operación organizacional, no solo para el negocio, sino también para las personas que formamos parte de ella por supuesto. Como talentos requerimos de voluntad y decisión para ello… vamos a por ella.

¿A bordo?

MDC

Mario.dominguez@grt.mx

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