¿Las apariencias engañan?

Por: Trinidad Contreras

¿Cuántas veces hemos escuchado que la primera impresión vale más que mil palabras? y ¿cuántas veces hemos dicho que las apariencias engañan?. En estas preguntas, encontramos implícito parte del campo de acción de la imagen pública a nivel personal; por un lado tenemos la sentencia de que absolutamente todo comunica y por otro nos podemos dar cuenta de que a pesar de que todo comunique, no siempre realizamos las interpretaciones de lo que percibimos de manera adecuada o de la mejor manera.

En realidad, la comunicación se da de la siguiente manera y en una proporción específica:

– Las palabras solo transmiten el 7% del mensaje que queremos comunicar.

– El tono de voz del 20 al 30% de la información y

– El lenguaje corporal comunica entre el 60 y 80% del mensaje que queremos transmitir.

Entonces, nos podemos dar cuenta de que la mayoría de lo que comunicamos lo transmitimos por medio del lenguaje corporal, el cual pertenece al lenguaje no verbal y se define como la emisión y el intercambio de información a partir de mensajes representados por posturas, gestos, expresiones faciales, por el contacto visual, por la ropa, por la manera de peinarse, por los ademanes, entre muchos otros detonantes; sin embargo el hecho de que todo comunique no significa que siempre lo interpretemos de la manera en la que realmente debería ser o según la intención que de verdad se tenga.

El lenguaje verbal y su interpretación se detona principalmente por el factor contextual; así que la próxima vez que llegue un cliente a tu piso no te cases con la primera lectura que puedas hacer de él; sino más bien pregúntale y presta completa atención en aspectos como saber su procedencia, cómo fue que decidió llegar ahí, que edad tiene, si es soltero, casado, etc.; además de observar y detenerse a reflexionar en el porque de la apariencia de ciertos rasgos físicos que resultan ser clave para una interpretación adecuada o por lo menos no tan errónea, esos rasgos, de los cuales algunos ya han sido mencionados en escritos anteriores (Haz click aquí) son:

1.- El Rostro y los Ojos.

2.- Las manos.

3.- Brazos y piernas.

4.- Postura y movimientos.

5.- Otros (vestimenta, color y luz).

Para comunicar o interpretar un mensaje de manera adecuada, siempre debemos buscar la completa coherencia entre los elementos que intervienen en la comunicación; por ejemplo: si quieres dar a conocer los beneficios y la ventaja diferencial de tu producto, TÚ DEBES COMUNICAR CON TU LENGUAJE NO VERBAL esos beneficios, es decir, si estás seguro de que el producto es realmente bueno, tu apariencia física debe ser también segura; debes mostrarte sin cruzar las piernas, con movimientos faciales relajados, con contacto visual pero no con una mirada fija, interactuando en el espacio que te rodea con una postura firme pero relajada, inclinándote hacia el cliente cuando habla pero no demasiado; además una persona segura de sí misma no teme al contacto físico, pero siempre lo hace de manera respetuosa.

Para que puedas estudiar el terreno que pisas al momento de abordar a un cliente nuevo, te doy algunos tips para que puedas saber que terreno estás pisando con algún cliente nuevo:

-Ser observado mientras hablas, halaga porque manifiesta interés.

-Ser observado mientras hablan, perturba porque manifiesta autoritarismo y desconfianza.

-Una risa franca siempre tendrá una mirada recta y el párpado inferior expandido.

-Una risa forzada, tendrá el párpado inferior fijo y esquivará la mirada.

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