Las ventas en nuestra vida

img-invitado-103Hoy quiero hablarles un poco de ventas, un oficio que aprendí hace algunos años y que constantemente trato de llevar a la práctica para convertirlo en mi mayor profesión; he tomado muchos cursos y he tenido la fortuna de haber enseñado o animado a unas cuantas personas a unirse al mundo de las ventas, sin embargo, mucha gente no encuentra relación con su personalidad y no le da valor a vender, lo ven como algo ajeno a ellos.

¿Qué tienen que ver las ventas  conmigo? Y ¿De qué me serviría aprender a vender para aplicarlo en mi vida? Son dos preguntas que escucho constantemente de los escépticos de las ventas junto con otra frase muy conocida, “a mí las ventas no se me dan”.

La habilidad de convencer es uno de los factores más importantes del éxito en todo trabajo, profesión, relación, es más, en todo lo que tiene que ver con nuestro desarrollo personal, por ello no es de sorprenderse que los mejores vendedores, o dicho de otro modo, los que más convencen logren sus objetivos con mayor eficacia; la forma de realizarlo tiene que ver con la manera como las demás personas nos perciben, cómo nos ven y cómo actúan en respuesta hacia ese estimulo.

La tarea de un buen vendedor es estimular o crear un deseo en la o las personas a quien dirige el mensaje, encontrar la “emoción” que activará  e  impulsará a tomar una acción. Agradar, recompensar, satisfacer, alegrar, cuidar, enriquecer, adquirir, comprar, enamorar, son unos cuantos verbos que podemos lograr en otras personas con el intercambio que generan las ventas, pues en un sentido estricto vender significa realizar un intercambio por medio del convencimiento.

Por eso, una de las palabras semánticamente contrapuestas a vender es imponer, donde la fuerza es lo que rige y, cuando ésta se extingue, el resultado es opuesto al deseo o al objetivo inicial. Unas sencillas reglas pueden cambiar de manera positiva la forma en que te relacionas con tu pareja, hijos, colegas, jefe, subordinados y todas las personas que te rodean. Prueba esta receta y recuerda que el valor de tu producto es tu responsabilidad, cuando el producto eres tú mismo.

Primero, ten siempre en cuenta que la venta es un ciclo y que constantemente debemos buscar nuevas formas de convencer. Pero principalmente debemos perfeccionar las reglas básicas de convivencia, la amabilidad, la sonrisa, el respeto, el interés en la otra persona,  entre otras. Considero que aquellas son las bases de un buen vendedor, el valor de una persona incrementa cuando logra tratar a los demás como le gustaría ser tratado, en un marco de sentido común y positivismo.

Segundo, ten bien claro qué es lo que quieres vender. Cual es esa idea, producto, deseo o plan para que puedas transmitirlo con tanta claridad que no genere confusión, recuerda que aún las cosas tangibles son percibidas de manera diferente por cada individuo y que éste es afectado por la forma en que se vea influenciado por su entorno y, más importante, por su vendedor. Recuerda que el 80% de los desacuerdos se generan en los errores de comunicación que conlleva el mensaje inicial.

Tercero, cuida tu lenguaje. Varios estudios encuentran que más del 90% de lo que decimos no son palabras sino lenguaje no verbal. Una mala postura un ademan, o incluso nuestro tono y timbre de voz significan más en nuestra comunicación que las palabras que pronunciamos. Te imaginas más del 90% y muchas veces ese lenguaje se contrapone con nuestras palabras; nuestro pensamiento habla por nuestro cuerpo, domina y cuida tu lenguaje verbal y no verbal.

Cuarto, aprende a crear acuerdos y respétalos. Ya que un buen vendedor es el que cumple lo que ofrece y es tomado en serio; no ofrezcas ni pidas imposibles, pues hacer intercambios con situaciones no reales sólo rompe los acuerdos y genera malestar en ambas partes. Pacta desde un inicio el costo del intercambio.

Quinto, con paciencia y voluntad puedes vender lo que no te imaginas. Sin paciencia, la voluntad se convierte en imposición y sin voluntad la paciencia se convierte en apatía. El valor del producto se rige por la demanda, si logras confiar en ti (conocerte y dominarte) habrás logrado darte valor. Sé paciente, ten mucha voluntad y comienza por venderte a ti mismo antes que a los demás.

Todo lo que haces, la forma en que te relaciones y lo que has conseguido en tu vida, está íntimamente ligado  a la forma en que te vendes.

Héctor Feria.

Nacido en la ciudad de México. Realizó estudios de Ingeniería Industrial en el ITTLA Instituto Tecnológico de Tlalnepantla. Con una experiencia de 10 años en el medio automotriz, comenzó como asesor de ventas en Land Rover Picacho y tuvo a su cargo la Gerencia Comercial de Jaguar Land Rover. Actualmente se desempeña como Gerente General en Honda Real Zacatecas.

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