Siempre tienes opciones

imagencentral-121

Hace unos días me encontré a un vendedor que ha tomado mis cursos varias veces. Y al saludarlo, le dije, “Hola, que gusto verte de nuevo. ¿Te mandaron otra vez?” y en resumidas palabras me contesto: “Si ya es la tercera vez que tomo un curso contigo en esta marca, aunque también ya había tomado este curso contigo en otras marcas.”

Al preguntarle cuántas veces ha tomado cursos conmigo, me respondió “Como 6 o 7 veces en 4 años.” Le pregunté: “¿Y cómo vas?”, me dijo: “No muy bien pero echándole ganas.”

Esto me llamó la atención, entonces indague un poco más a fondo: “¿Crees que te ayudaron los cursos que tomaste conmigo?” y me contestó “Honestamente, no mucho. Mis resultados siguen más o menos igual. Ahí la llevo.”

Esto me causó mucha curiosidad y le pregunte “¿Por qué no te ayudaron?” Su respuesta fue muy interesante porque me dijo que aunque la información que doy en mis cursos “es buena”, ya la sabemos pero no es aplicable a la vida real. Además comentó (o quizá quejó) que sus gerentes también deben tomar el curso ya que no lo dejan aplicarlo en su piso, en fin parece ser que de ahí se agarró de una lista de obstáculos en su vida laboral y personal buscando motivos y justificaciones.

Lo digo mucho: en todos los años que llevo vendiendo y capacitando, no recuerdo una sola vez cuando un vendedor – al quejarse conmigo de que le iba mal y yo le pregunté “¿por qué te va mal?”, – no recuerdo una vez que una sola persona me dijo en sus diversas maneras: “Me va mal por mi. Lo acepto, es mi culpa. Me va mal porque mi actitud está por el suelo, porque no conozco bien mi producto, ni como venderlo. Me va mal porque no practico y me dominan mis miedos al rechazo y al fracaso y también porque soy flojo y culpo a otros por lo que debería culparme a mi mismo.”

¡No, al contrario! Me dicen cosas como: “Me va mal porque mi gerente no me apoya, porque no hay buen inventario y porque la financiera es demasiada exigente y rechazan a todos. No estoy vendiendo hoy porque ya no llegan muchos prospectos a piso, descontinuaron el producto que más vendía y ya no puedo dar descuentos. Adicionalmente a todo eso, la competencia es mucho más diversa y agresiva hoy en día y ahora me inundan con trabajos administrativos.”

A ver hermano: ¡Siempre tienes opciones! Por favor entiende lo que te estoy diciendo porque si lo procesas bien te va a ayudar. Si lo procesas mal, seguirás igual (y hasta puedes empeorar). Siempre tienes opciones. Quizá no sean el camino fácil ni el que quieras, pero sin duda siempre tienes opciones.

parafrasis-graham-121

Tienes la opción de culpar a otros por tus circunstancias o de asumir responsabilidad. Que te quede claro, que en la mayoría de los retos que estás enfrentando tu tuviste algo que ver con causar dichos retos al igual que tú tienes opciones a tu alcance que te pueden ayudar o obstaculizar. Tú lo decides.

El resultado que más vives, tiene que ver con las opciones que más escoges que a su vez tiende a ser gracias a las creencias que más cultivas.

Si quieres crecer, mejorar y cambiar, por tu bella y Santa Madre entonces deja de culpar a las circunstancias y a las personas que te rodean. Tienes opciones. Escoge una mejor manera de ver las cosas, un mejor camino a seguir y acepta responsabilidad por quién eres, cuánto sabes, cuánto te dedicas, cuánto aprendes, y cuánto te esfuerzas, entre muchas otras cosas.

Antes de quejarte de tus prospectos y clientes, tienes otras opciones. Analiza si estás fomentado con ellos una relación de conocimientos, valores, beneficios, bondades y atributos o de puro precio. Analiza si la manera en que transmites la información es con el fin de orientar y persuadir o de hostigar y obligar. Analiza si te ven como un experto o como un “típico vendedor”.

En todo lo que haces en ventas siempre tienes opciones.

Tienes la opción de:

* Ser perseverante o de claudicar fácilmente.

* Ser amable y humoroso con el prospecto o frio y rechazante.

* Dedicar tiempo a la práctica o a los jueguitos en tu celular.

* Leer un libro sobre ventas o a ver la televisión.

* Ignorar al colega grosero o permitir que te tire tu día.

* Enfocarte en generar dinero o enfocarte en el hecho que no tienes dinero.

* Llegar temprano o llegar tarde.

* Participar en la junta o de quedarte sentado con tus brazos cruzados y tu cara de guardaespaldas.

* Enfocarte en lo que quieres o enfocarte en lo que no quieres.

* Ver el cambio como una oportunidad o verlo como otro capricho del jefe.

* Capacitarte por tu cuenta o esperar a que alguien te capacite.

Ojo: estos comentarios no son para proponer el positivismo. Por cierto, el positivismo por si solo es poco efectivo. Y el positivismo no te garantiza el éxito. Conozco a muchas personas muy exitosas y que son sumamente negativas. El positivismo requiere otras cosas aunados a ese positivismo para que funcione, entre ellos: conocimiento aplicado, esfuerzo constante, la eliminación de miedos, el comprometerte a pesar de todo así como la flexibilidad y la adaptabilidad.

No. Lo que te estoy proponiendo en estos comentarios es que analices que quieres y si crees que eso que quieres te lo van a traer o tu tendrás que ir tras ello. Si vas a intentar vivir una vida en ventas proactiva (misma que no te garantiza que venderás a todos – pero si te garantiza que venderás a más) o una vida en ventas reactiva en donde te conviertes en un títere de las circunstancias.

La opción es tuya y siempre tienes opciones.

Recuerda: Tu éxito es tu responsabilidad.©

Nos vemos en la trinchera.

Graham

Add a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *