¡Cumple lo que acordaste!

Asegúrate, que tú si cumples lo que acuerdas, porque el mundo de ventas está repleto de personas que no cumplen, llámense:  competencia, colegas, prospectos, clientes, proveedores y hasta jefes. Dado eso, si quieres diferenciarte de otros, empieza por cumplir con lo que acordaste.

Suena simple, y la verdad en si, es un concepto bastante sencillo: Haz lo que prometiste hacer.

Es decir, como concepto es sencillo, pero como estilo de vida y trabajo requiere de algunos de los pilares del factor humano como son la persistencia, el compromiso, la constancia y sobre todo la disciplina.

Exigirte cumplir con lo que acuerdas realmente no es suficiente; ya que para llevar tu vida y tus resultados al siguiente nivel, tu obligación es cumplir con lo que acuerdas, a pesar de todo. Eso crea la excelencia.

El cumplir con lo que acuerdas a pesar de todo sólo tiene dos caminos:

  • Lo que acuerdas con otros.
  • Lo que acuerdas contigo mismo.

De igual manera resulta importante estar consciente de que solo puedes controlar lo que tú acuerdas, no lo que los demás acuerdan contigo.

Analiza como vas con lo que acordaste con otros, porque tristemente muchos vendedores tienen el talento, la inteligencia y la habilidad de cumplir lo que acordaron con otros, pero no lo hacen, te daré unos ejemplos:

Lo acordado con la chamba.

Cuando contratan a un vendedor, ese vendedor acuerda cumplir con los objetivos de volumen, dar el resultado exigido, ser puntual, mantener una actitud positiva, conocer su producto y venderlo muy bien, aprender a cerrar, manejar objeciones, dar seguimiento y prospectar; además de que también acuerda hacer su mejor esfuerzo, ser honesto y dedicarse a trabajar en sus horas laborales.

Lo interesante es que en menos de seis meses ese “típico” vendedor ya no cumple:

Vende poco, no da el resultado de manera constante, llega tarde, su actitud es negativa, no conoce su producto ni practica como venderlo más y mejor, prefiere chatear, chismosear, coquetear y taquear. Dice que lo más importante de su existencia es su familia, declarándose capaz de dar la vida por ellos, pero no un día en  el trabajo rompiéndose la madre por y para ellos, haciéndo esto evidente mientras coyotea y usa el demo para uso personal,  además de que si no vende está subsidiando sus ingresos con otros “negocios” como un multi-nivel, perfumes o chamarras en horas de trabajo.

El “típico” vendedor comúnmente acuerda lo siguiente con sus prospectos/clientes:

Darle el mejor servicio y atención a sus clientes, asesorar a sus prospectos en maneras beneficiosas para ellos, darles seguimiento y apoyarlos después de la compra para quedarse en contacto con ellos.

La triste realidad de nuestro medio, es que la mayoría de los vendedores que no venden bien no dan una buena atención desde la bienvenida y su concepto de un buen servicio es proporcionar una oferta comercial; como no conocen bien su producto, no pueden asesorar inteligentemente al prospecto, tampoco conocen como hacer una buena consulta y en consecuencia no pueden ayudar al prospecto a tomar decisiones a su beneficio; de forma similar como no cumplen con el seguimiento antes de la venta, sus índice de cierre son bajos y su falta en dar ese seguimiento después de la venta (aunque prometen o insinúan hacerlo) desaparece sin brindar ningún apoyo que supuestamente acordaron dar.

Ahora analiza que acordaste contigo mismo.

Esto tiene consecuencias diferentes, porque generalmente nadie más está al tanto de tus promesas a ti mismo y dado eso, es fácil perdonarte sin que otros te presionen por abandonar lo que acordaste contigo mismo:

¿Que te prometiste?

¿Dejar de fumar?, ¿Comenzar a hacer ejercicio?, ¿Comer más sanamente?, ¿Perder peso?, ¿Pelar más a tus seres queridos?, ¿Ahorrar dinero?, ¿Ser el número uno en ventas en tu chamba?, ¿Recuperar a tu cartera?, ¿Ganar el premio o el reconocimiento de tus jefes?, en fin la lista puede ser infinita.

Lo determinante es si estas cumpliendo lo que acordaste contigo mismo, porque lo que te hace grande es el hecho de obligarte a cumplir lo que acordaste contigo, a pesar de todo y cumplirlo aún cuando quieras o no hacerlo.

Claro que puedes no hacerlo, y nadie lo averiguaría, salvo tú, pero ese es el problema. ¡Tú lo sabrías!

Ojo: Vendedores y personas de alto rendimiento, alto desempeño, altos resultados y altos ingresos © han desarrollado la habilidad de cumplir lo que acuerdan con otros y con ellos mismos, a pesar de todo. Es un habito de éxito, es una exigencia de excelencia y es una obligación como buen ser humano y como vendedor profesional.

Si lo estás haciendo, ¡no pares, sigue, sigue!

Si no lo estás haciendo, ¡cambia ya! Te estás costando una fortuna y dificultando tu vida y tu trabajo.

Recuerda: Tu éxito es tu responsabilidad.©

Nos vemos en la trinchera.

Graham

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