Marycarmen Estrada, un historia de Confianza

Amigo Graham,

Tengo un cliente al que atendí en una de las agencias en que trabajé, mismo que era un cliente “huérfano” (era de otro compañero). Me pidieron que lo contactara para darle seguimiento y atenderle.

Al marcarle, me comentó que tenía un Mazda 3 Speed y lo quería cambiar por una CX9. A lo que le comenté que sería mejor hacer una cita para revisar todos los detalles respecto al cambio.

Ya estando en la agencia, su actitud era pedante. Poco a poco fui creando plática, tratando de ganarme su confianza. Recibió una llamada, tuvo que irse. La operación quedó pendiente y yo me quedé con la mano estirada. Aunque fue un gesto grosero de su parte, me conservé asertiva.

Días después me pidió una disculpa, me dijo que estaba atravesando por un mal momento y no era su estilo tratar así a las personas. Dijo también que al no haberle contestado aquél día tal como él lo hizo conmigo, pensó mejor las cosas.

De sus palabras, esa fue razón para considerarme en unos meses para la compra del nuevo auto. Pasando 6 meses, recibí su llamada no sólo para comprarme 1 auto. A la fecha me ha comprado 4… no sólo en el concesionario que lo conocí, sino en el que ahora trabajo.

Me ha invitado a la primera comunión de su hija, a comer a su casa y también a la cene de año nuevo.

Creo que si nos abrimos como personas que somos con los clientes, tratándolos bien, ellos nos toman en cuenta y nos dejan entrar en su círculo. Dicen ellos mismos que ahora soy considerada como parte de su familia.

Marycarmen Estrada

mestrada@mazdaacueducto.com