Cambios correctos positivos o negativos, son buenos


Por: Graham Ross
Cuenta con una experiencia de más de 30 exitosos años en el medio de ventas, en varios países, desempeñándose como Vendedor, F&I, Gerente de Ventas y Gerente General. Con base en esto, así como por su experiencia real y cotidiana “en las trincheras”.
Master Coach y Fundador de GrahamRoss Training


Me llama la atención cuántos correos y comentarios recibimos cada mes que tienen que ver con el vendedor o gerente que se va de un distribuidor a otro. Y cuando les pregunto “¿Por qué?”, las respuestas más comunes tienen que ver con factores humanos y no tanto con factores financieros. Por ejemplo: “No me llevo bien con el gerente…”, “Existen favoritismos…”, “Nos falta apoyo…”, “El ‘Club de Toby’ está muy arraigado…”, “Estoy rodeado de ‘Piratas’…”, “No me valoran…”, etc.

Lo interesante es que cuando un vendedor o gerente se cambia de distribuidor (sea de la misma marca o a otra marca), después de un determinado tiempo, se repite el mismo resultado que el anterior. Es decir, si era bueno o malo en “x” lugar, suele tener resultados similares en el nuevo lugar.

¿Por qué? Porque cuando uno cambia de trabajo y lugar, ese cambio suele ser de sede, pero no de hábitos, conocimientos y de estado mental. Y he ahí el meollo del asunto: nada más porque cambias de trabajo, no quiere decir que cambiarás la realidad de cómo te va, a menos que primero cambies tu forma de pensar, trabajar, actuar y aplicar el nivel de tu conocimiento.

No me mal entiendas, no estoy argumentando que no te cambies de trabajo. Estoy proponiéndote que si decides cambiarte, asegúrate que sea por las razones correctas o reales y no por caprichos o sensibilidades mal enfocadas.

Obviamente si te llega una excelente oportunidad – que te ofrezca la oportunidad de crecer y desarrollarte (adicionalmente al factor financiero) profesional y humanamente – decídelo y adelante. Lo triste es que la mayoría de las personas dicen que quieren y buscan cambios y mejoras, pero la mayoría de ellos no hacen lo necesario y requerido para lograr esos cambios y mejoras que supuestamente quieren.

Adicionalmente, existen factores que debemos contemplar de manera realista, antes de cambiar. Esta consideración podría incluir preguntas francas y totalmente honestas. Por ejemplo: “¿Cuántas veces y por qué te has cambiado de trabajo?”, “¿Estás cambiando para crecer o lo haces para evitar algo y huir?”, “¿Qué te hace pensar que al cambiarte va a mejorar tu situación actual y tu actitud?”, “¿El motivo de querer irte está vinculado con el problema que vives actualmente (sea el gerente o el dueño o la marca, etc.)?, ¿O más bien es tu interpretación, renuencia y miedo a lograr lo que se te exige?”

No olvides que cada vez que cambias de trabajo pierdes algo. Es inevitable pero no necesariamente malo. Por ello, trata de medir si dicha pérdida es mayor que el beneficio del cambio. Y si lo es, quizá vale la pena reconsiderar quedarte. Y si no lo es… ¡pues adelante! (aunque no existe en ninguno de los casos una garantía clara).

Las pérdidas se manifiestan de diferentes maneras. Pueden ser algo obvio como perder ingresos mientras te acoplas al nuevo lugar, a la nueva filosofía de trabajo del gerente y al nuevo perfil de prospecto de donde llegarás a trabajar. Pero también existen pérdidas sutiles como la disminución de tu cartera y su lealtad a ti en una nueva marca, la inconveniencia de tener menos tiempo con la familia por la distancia y tráfico o el tener que ganarte nuevamente tu reputación y prestigio siendo alguien nuevo en un nuevo lugar.

¿Cuál es mi punto? Cambios correctos son buenos.

Ojo: Dije cambios correctos. Lo reitero porque de lo que he visto a través de los años, la mayoría de casos donde un vendedor promueve su cambio, no necesariamente ha sido por las razones correctas. Y dentro de esas razones correctas existen dos tipos: positivas y negativas. Ambas son importantes.

Razones correctas positivas: puede ser un ascenso laboral, que además de la mejora financiera, puede ser estimulante en otros terrenos. Otra sería la oportunidad de desarrollar tu carrera y conocimiento de maneras mejores o el exponerte a nuevas cosas, gente e ideas que a su vez genera mejores relaciones, circunstancias y más dinero.

Razones correctas negativas serían: Cambiar por cualquier tipo de acoso o abuso a tu persona sea en términos morales o físicos. Factores de deshonestidad como corrupción, robo y deslealtad.

Lo interesante es la razón incorrecta, porque esa es la más común y la menos efectiva.

El cambiarte exclusivamente por dinero, es decir, exclusivamente por factores financieros. Rara vez esta razón por si sola justifica un cambio. Existen múltiples ejemplos en donde el vendedor o gerente se cambia por la promesa o esperanza de más lana sin tomar en cuenta otros factores laborales y personales. Lo que sucede normalmente es que en poco tiempo comenzará a arrepentirse y… ¡hasta solicita trabajo nuevamente en el lugar en donde estuvo antes de irse!

Generalmente es mejor quedarte en donde estás, crecer tu negocio y fortalecerte ahí. Es mejor adaptarte y enfocarte en soluciones donde estás, que buscar excusas y pretextos para huir. El éxito en ventas requiere persistencia, constancia, durabilidad y resultados. Precisamente en esos momentos de alta tentación para renunciar es cuando tus resultados en el corto, mediano y largo plazo se comienzan a crear y a alcanzar.

A fin de cuentas, si te estás cambiando constantemente de trabajo, ponle cuidado, porque esa suele no ser la solución. Más bien la solución la encontrarás en el espejo.

Recuerda: Tu éxito es tu responsabilidad.©

Nos vemos en la trinchera.

Graham

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