Mis dos monedas

img-actitud-102Hoy, temprano al llegar al lugar donde se vuelve rutinario el timbre del teléfono, ante el interrogante ir y venir de gente y ante las montañas de papel que se forman frente a mi, con sus relieves cambiantes cada día, he encontrado algo que me puede hacer ver este momento de manera diferente; decidí que ¡Hoy no se vende nada! Sí, así como se lee y escribe.

No ofreceré nada ¡ya basta!, aburrido de seguir igual sin salir de donde estoy, ahora quiero invertir los papeles tomando el lado opuesto a mi mostrador.

Hoy me dedicaré a comprar, compraré sueños y deseos, de personas comunes que serán clientes consecutivos y recomendadotes de mi ofrecimiento. Pero, ¿cómo realizaré mis compras, si sólo tengo dos monedas en mi bolsa?, nada más con ellas, compraré la satisfacción del sueño aún más exigente. Uno de esos valiosos bienes, es la honestidad; con ella, en mi mano, seré limpio de corazón, no compraré con ventaja, desigualdad y arrebato, siempre equitativo en mis tratos.

Sino se usa, una compra puede suceder, pero la segunda ocasión será casualidad y demasiado utópico para que regrese nuestra contraparte; esta moneda es muy difícil de hallar en el mercado actual, quizá sea de colección numismática, tal vez muy antigua para esta fecha.

Pongo mi mano afianzándome con fuerza a la primer moneda que siento en mi bolsa; en la segunda moneda aún tengo algo más de valor: el tratar de ser yo mismo, buscando un poco de autenticidad. Tratemos de no aparentar lo que no se es. Reflejemos un brillo intenso y propio. Este valor se conoce poco, el ser se hunde y se pierdes sin vivir un “yo” real. Pasé mi vida queriendo ser igual a otra persona, que también se quería parecer a otro y fue así, una cadena sin parar.

Seamos auténticos de corazón y alma. Esa es una herramienta que abre mil puertas, mismas en las que, por más reforzadas y remachadas que se encuentren, recomiendo colocar las monedas en la hendidura de la cerradura, como si fueran una llave; seguro te abrirán y te dejarán pasar las veces que tú quieras, sin cuestionarte “hasta dónde quieres llegar”.

Me conocerán mis vendedores de sueños, tal cual soy y seré el mejor comprador que tengan, como su mejor opción.

Que bueno que hay personas en mi competencia que aún no tienen pulidas y abrillantadas sus monedas, eso me da la oportunidad de seguir usando mi propio medio y cambiarlo en beneficio propio.

Miguel Ángel Chávez Heredia.

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