10 pasos para dejar de ser tu propio enemigo

factor-148La culpa siempre la tienen los demás. Es típico. Alguien, que no seamos nosotros mismos, casi siempre es la causa de lo que nos sucede.

Es más fácil así. Después de todo, asumir las consecuencias de nuestras decisiones y aceptar que todo en la vida nos lo generamos nosotros mismos, no es algo que nos brinde placer. Es más fácil que siempre haya un malo en la película. Así lo repiten las historias, los famosos cuentos de Disney y las tan baratas telenovelas a las que tantas personas les entregan su valioso tiempo. Así lo dicen las noticias, porque como usted notará, los periódicos, la radio y la televisión no se enfocan precisamente en historias que inspiren o transformen.

El punto es que sin darnos cuenta, al aceptar, abrazar y elegir hacer propias todas esas creencias e información que recibimos de los medios, de otras personas, de la familia, compañeros de trabajo, de estudio y demás, nos convertimos en nuestro peor enemigo. Nos desgastamos por cosas que ni deberíamos y nos complicamos más de la cuenta.

Y claro está, es por «todo eso» que no logramos lo que deseamos, no tenemos el amor de pareja, no tenemos el trabajo o la posición económica que queremos y hasta enfermos quizás estemos por lo que nos hizo o nos dijo alguien.

Pero bueno, si le escarbas te vas a la raíz de todo. Aunque muchas veces los demás te empujan a tomar decisiones o hacer lo que tú no quieres, nadie tiene tanto poder sobre ti como el que tú decides darle. Así de simple.

Por ello es probable que no tengas la vida que quieres, que mereces, que deseas. Porque te has convertido en tu mejor enemigo. Tú eres quien se limita. Nadie más lo hace. Así que para que dejes de hacerlo, he elaborado una breve lisa de 10 pasos para que dejes de atentar contra ti y logres lo que deseas en cualquier plano: el personal, profesional, emocional, sentimental, económico, físico y espiritual.

  1. Deja de justificarte. La mayoría de personas viven entregadas al miedo y es por eso que buscan una justificación para todo. De hecho, cuando tú les dices algo que no esperas te contesten son esas personas que de inmediato le echan la culpa a algo: «no terminé la universidad porque quedé embarazada», «no tengo el puesto que deseo porque mi jefe no me quiere» y así miles de excusas. Perdón, pero nadie ni nada impide que logres lo que deseas mas que tú. Así que empieza a buscar los caminos posibles para dar los pasos en eso que deseas.
  2. Deja de juzgarte tan duro. Obviamente nadie puede avanzar si no cree en sí mismo. Otra situación que es más que frecuente en muchas personas, de hecho, hasta las más seguras supuestamente tienen temores o inseguridades. Hay, claro está, quienes se la pasan torturándose a sí mismos. Y si a esto agregamos que las personas a su alrededor no tienen palabras de afirmación para ellos, pues ya valió. A menos de que la persona se ame, empezará a juzgarse. Típico de estas personas son frases como «no puedo», «no valgo», «no soy de su posición», «vengo de una familia pobre» y otras. Deja de ser tú quien te apuntas con una lanza y te aseguras de clavarla en el centro de tu mente con pensamientos negativos y actitudes de reproche y pasártela condenando a ti mismo.
  3. Abandona las creencias y pensamientos que te limitan. Lo que piensas es lo que eres. Recuerda que si piensas en positivo, de manera optimista, te vas a sentir bien, tendrás emociones de entusiasmo y darás pasos al tomar decisiones acertadas. Cuando piensas positivo incluso si tomas una decisión que no resultó la que esperabas, te darás cuenta que todo pasa para algo y redireccionas el camino. Vacíate de todo lo que los demás te han dicho, tu experiencia de vida y aprendizaje son diferentes a los de los demás.
  4. No le entregues tu vida a nadie. Precisamente como tu experiencia de vida es única, decídete a vivir la tuya, no solo a existir. Deja de compararte, de esperar que te vaya como a tal persona, de ser como fulano o de llegar a tener lo que tiene el vecino o familiar y dedícate a vivir lo que deseas. NO permitas que los demás determinen de una manera directa o indirecta, cómo o qué debe ser tu vida.
  5. No le des poder a lo que dicen los demás. Lo que las otras personas dicen no te define, porque ellos no están en tus zapatos, así que deja de darle importancia a lo que los demás dicen o hacen. Toma las decisiones de tu vida en base a lo que tu corazón te dice. Tus deseos son diferentes a los de los demás. Aunque todos nos parecemos y todos somos uno, la bendición es que todos somos únicos e irrepetibles. Acéptate y construye tu propio camino.
  6. Aprende a decir «no». Esto es básico una vez que has aprendido y ejecutas los pasos anteriores. No hagas lo que no quieres, entiende que tienes la libertad de elegir y nadie por más cercano que sea debe ponerte en el compromiso. Haz únicamente lo que deseas.
  7. Permítete. Al liberarte de los demás, de sus creencias y de los pensamientos que por años has venido albergando en tu mente, podrás ser más libre y permitirte abrazar todo lo que la vida tenga para ti. De seguro hay muchas cosas que has deseado hacer desde siempre y no te has atrevido. Pues llegó el momento. Éste es tu momento para hacerlas, pues dejaste las excusas y justificaciones atrás. No te importa lo que los demás digan y sabes que tienes el control y riendas de lo que deseas.
  8. Deja de auto-sabotearte. Si tú dices «puedo», estás en lo cierto; si dices «no puedo», estás en lo cierto. Así de simple. Tú decides qué te vendes a ti mismo.
  9. Deja tu papel de víctima. Cuando entiendes el paso anterior, entonces dejas el papel de «pobre de mí», porque sabes que nadie tiene la culpa de lo que te pasa. Hay cientos de caminos para llegar al mismo lugar, así que genera un trillo nuevo y manos a la obra. Muchas veces las personas le echan la culpa a los demás de lo que les sucede porque atraen la atención de los demás, atraen cariño y estar en su papel de «pobre de mí» es más cómodo que abandonar la zona de confort y salir adelante por eso que tanto deseas.
  10. Encuentra los patrones de conducta que has tenido hasta ahora y abandónalos. Es clásico, la mujer que siempre dice «me tocan los golpeadores siempre», o el chavo que dice «siempre que las he conquistado las dejo tiradas». En fin, tú sabrás. Más allá de esos ejemplos, no creas que es casualidad que haya patrones de conducta en tu vida repetitivos. No se trata de un maleficio, se trata de que algo estás buscando tú inconscientemente y por eso reincides en esas experiencias, con diferentes personas, pero que al final siempre es más de lo mismo. Ubica por qué es que atraes ese tipo de personas o situaciones siempre, qué «recompensa» indirecta hay, y manos a la obra. Todo depende de ti.

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