¿Cómo crear valor en ti?

En todos mis cursos y conferencias abordo el siguiente tema: “Diferenciarse de la competencia y crear valor en uno mismo”. Insisto mucho en esto porque más que tu marca, producto, precio, promoción o descuento, es quién eres, qué dices, qué haces y qué muestras a beneficio del cliente, lo que te va a diferenciar y creará valor en ti.

Crear valor en uno mismo requiere constancia y disciplina.

Seamos claros, cuando hablo de crear valor en ti, no estoy hablando de asignarte un valor numérico, o ver cuántos pesos vales por hora trabajada, estoy hablando del valor humano que aportas a tus relaciones laborales (y personales) y del por qué le beneficia a otros estar y quedarse en contacto contigo.

A continuación te doy algunas recomendaciones; si las repites constantemente, incrementarás valor en ti ante tus prospectos y clientes, lo que a su vez, impactará positivamente en tu valor financiero y en tus ingresos.

  • Sé congruente.

Practica lo que predicas.  Es decir, que lo que digas corresponda a lo que hagas. Si exiges puntualidad, sé puntual. Si dices que tu marca es la mejor, créelo y más vale que tú también hayas manejado tu propia marca para que sea la mejor.

  • Cumple lo que acuerdas.

Las personas te van a medir primero por tus palabras y después pos tus acciones correspondientes a esas palabras.  Tienes que ser conocido en tu entorno y más allá, como alguien que siempre cumple lo que dice, si no puedes cumplir por factores fuera de tu control u otros, da la cara siempre. Evita esconderte detrás de excusas y pretextos.

  • Mantén altos los estándares mínimos.

Debes desarrollar la disciplina interna de mantenerte fiel a tus estándares mínimos.  Un estándar mínimo es un punto medular o una ley dentro de tu manera de pensar y vivir que jamás debes romper. Por ejemplo, el no mentir, no importan las razones, si el no mentir para ti es un estándar mínimo, entonces jamás lo harás. De otro modo, acudirás a mentiras para defenderte, manipular a otros, aprovecharte o incluso zafarte de situaciones.

  • Crea una relación transparente con tus clientes y a largo plazo.

Mientras más conoces a alguien y vas mejorando la relación (convirtiendote en su amigo real y legítimo), más fácil será tu interacción personal y laboral en un futuro. Fíjate en tus clientes preferidos, es más fácil venderles a ellos que a personas que prospectas en frío.

En la mayoría de casos, es gracias al factor humano que aplicas lo que te ayuda a concretar una venta, seguido del factor laboral.

  • Explica claramente las reglas del juego.

A las personas en general, les gusta saber lo que va a pasar antes de que ocurra, es decir, conocer cuáles son las reglas del juego. Tu habilidad para explicar, clara y convincentemente lo que deben esperar de ti, el tiempo necesario para que las cosas pasen, la forma de trabajar, el anticiparte con lo que haces y dices y comunicando la fecha de cumplimiento, se vuelve fundamental en tu proceso para crear valor.

  • Quédate en contacto con ellos.

Para desarrollar relaciones sinceras y a largo plazo, tienes que permanecer en contacto con ellos. Que te quede muy claro que dar seguimiento antes, durante y después de la venta, en maneras amigables y persuasivas (no agresivas y hostigantes), es justamente lo que empezará a plantar las semillas de tu valor ante tus prospectos y clientes.

  • No seas sólo un vendedor.

Tu objetivo es llevar la relación, con la mayoría de tus clientes, al siguiente nivel. Esto es, transcender de vendedor a asesor y de asesor a amigo genuino, real y leal. Si sigues actuando, pensando y trabajando exclusivamente por tus intereses como vendedor, sin tomar en cuenta los intereses de tus clientes (como si fuera un buen amigo), tus relaciones serán superficiales, temporales y de una muy elevada rotación.

  • Si existe un problema, da la cara.

Cualquiera es un amigo en tiempos buenos, pero ¿realmente aportas valor a una relación cuando son tiempos difíciles? Si tu cliente tiene un problema en la agencia, aún cuando no existe ninguna relación contigo o tu departamento, tienes que dar la cara. No tienes que ponerte en contra del otro departamento, y sí, tienes que enseñarle a tu cliente que estás ahí para escucharlo, apoyarlo y asesorarlo.  Frecuentemente el resultado es positivo, ya que aunque los clientes no te culpan o te perdonen por el problema, tu habilidad para manejar las cosas se vuelve fundamental para que florezca una mejor relación.

  • Mantén una Actitud Positiva.

La actitud positiva es contagiosa. Tu objetivo es desarrollarla al punto en que fluya naturalmente y entonces podrás enfocarte en la solución y no en el problema. Esto requiere práctica, muchas lecturas y rodearte de otros con una mentalidad similar. Al lograrlo, tu enfoque y fortaleza mental cambiará para ofrecer beneficios, en vez de excusas, del no puedo, al por supuesto; del pobrecito de mí, a responsabilizarte por tus éxitos. Y la manera en cómo procesas las cosas, se reflejará en lo que ocurra en tu vida –en tu estado mental– esto creará abundante valor en ti.

Si no lo crees, compruébalo tú mismo.

Tienes todo por ganar, lleva la relación con tus clientes y tu reputación e ingresos al siguiente nivel.

Recuerda: Tu éxito es tu responsabilidad.©

Nos vemos en la trinchera.

GrahamRoss Training ©

4 Comments

Add a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *