La inevitabilidad del cambio


Por: Graham Ross
Cuenta con una experiencia de más de 30 exitosos años en el medio de ventas, en varios países, desempeñándose como Vendedor, F&I, Gerente de Ventas y Gerente General. Con base en esto, así como por su experiencia real y cotidiana “en las trincheras”.
Master Coach y Fundador de GrahamRoss Training


Previo a la contingencia que hemos vivido, la razón por que la mayoría de los vendedores seguían obteniendo los mismos resultados vez tras vez, es porque en el fondo, seguían haciendo lo mismo vez tras vez. Hoy, más que antes es importante entender el concepto de adaptación y cambio. Por obvio que suene, si realmente quieres cambiar tienes que tomar la decisión y actuar sobre dicha decisión de realmente cambiar. Que no se quede en un deseo. Es decir, tomar acciones que te llevan y hasta fuerzan a cambiar. Esto involucra mucho más que simplemente desear cambiar. Un deseo es un pensamiento aun no desarrollado en acciones. Por eso es fundamental tomar acciones que en conjunto con tu manera de pensar forman parte de tu estrategia y nuevos hábitos para cambiar.

 

A continuación, algunos puntos que te pueden ayudar a tomar esos primeros pasos a cambiar:

  1. Acepta:

Entiende que cambios son parte de la vida. El cambio es una constante de la vida que a fines de cuenta es inevitable y bueno. Porque cambios obligan a crear mejoras y crecimiento. Realidad: en la vida todo cambia, todo ha cambiado y todo seguirá cambiando. Dado eso, el aceptar que cambios son un hecho (y que no son cuestiones de que la vida está en tu contra o que estas en una racha negativa por cuestión de mala suerte, etc.) es el primer paso en ese camino de salud mental, así como por el bien del progreso y la evolución de tu vida.

  1. Mentalízate:

Si aceptas la inevitabilidad del cambio, entonces mentalízate para darle la bienvenida a los cambios en tu vida, sean laborales o personales. Prepárate mentalmente para no luchar contra algo inevitable sino buscar soluciones a través de la adaptación.  Eso significa que tu enfoque no es el hecho que algo va cambiar, más bien es un enfoque en que haces y como reaccionas en maneras positivas cuando algo cambia. En corto: te puedes enfocar en el problema o en la solución.

  1. Adáptate:

Tu habilidad de adaptarte a los cambios, sin importar por qué dichos cambios ocurrieron, definirá como progresas tanto profesionalmente como laboralmente. Y ese nivel de adaptación es determinado por el tipo de acciones que haces. Cambios afectan a diferentes personas en diferentes maneras: te estimulan, te congelan, te motivan o te desaniman entre varios ejemplos. Anímate a actuar en formas positivas, pro-activas a cualquier cambio, por bueno o malo que sea tu primera impresión.

  1. Poco a poco:

La vida te enseña a cambiar y adaptare poco a poco. Un bebe aprende a caminar poco a poco, tu creciste poco a poco, enflacaste (o engordaste) poco a poco, y en el trabajo el proceso de tomar acción para cambiar también debe ser poco a poco. No busques cambios cuánticos en segundos, mejor busca la constancia y la disciplina de cambiar poco a poco constantemente. Esto es como tener la condición para correr un maratón. El primer día que corres es poco a poco y esos cambios de poco a poco acumulados, eventualmente crean la condición para correr ese maratón. Cambios son difíciles. Abordarlos poco a poco te ayuda a manejarlos mejor.  Y recuerda no confundir velocidad con progreso.

  1. Una cosa a la vez:

No te intimides con muchos cambios a la vez. Como bien dice el famoso refrán: “El que mucho abarca, poco aprieta.” Y acabas haciendo y cambiando en nada. Mas bien enfócate en uno o dos cambios para empezar. Domínalos, hazlos parte del nuevo tu y después cambias un poco más.  Recuerda la regla del oro del cambio: “Pequeños cambios en habilidades hacen grandes resultados. Por lo tanto, se paciente, constante y auto-disciplinado.

  1. Crea nuevos hábitos:

Frecuentemente cambios requieren que remplaces unos hábitos por otros, y eso quiere decir que tu rutina tiene que cambiar.  La rutina fomenta el hábito que a su ves crea la excelencia. Dedícate a hacer pequeños cambios que acumulados verás (eventualmente) esos cambios globales que buscas. Pero es importante entender que todo cambio tiene un periodo de maduración que si no creas un nuevo habito para reemplazar el viejo y lo maduras, tiendes a regresar al viejo habito que es el de mayor costumbre. Ojo: estos hábitos no solo tienen que ver con acciones, si no también con como piensas y que te dices.

  1. Elimina tentaciones:

Mientras conviertes tus nuevos hábitos en ti, trata de eliminar tentaciones externas y mentales que quizá sabotaje “el nuevo tu”. Al igual que quieres cambiar para dejar de fumar, y eso generalmente requiere que te alejes de otros que fuman, que tires los cigarros que tienes guardados y que empieces a ocuparte en vez de preocuparte por un cigarrillo. Esto también aplica en el trabajo. Ejemplo: El adoptar y aprender nuevas metodologías de ventas por medios digitales mientras dejas atrás años de hábitos de como vendías de maneras tradicionales, que a su vez implica juntarte con los exitosos, los hambrientos de aprender y los que buscan soluciones en vez de pretextos y dejar atrás el club de Toby.

  1. No tengas miedo:

Interesantemente, la mayoría de los vendedores tienen miedo a cambiar ese “algo”. Sea una nueva técnica, un nuevo proceso o un nuevo sistema. En todo cambio siempre existe un factor de incomodidad y riesgo. Pero como digo en mis cursos, sin riesgo tiendes a conseguir poco. Mientas uno cambia se expondrá al riesgo de perder ventas (en el corto plazo). Por eso es importante entender que,si tu miedo a perder es mayor que tu deseo de ganar, no cambiaras. Al contrario, te dedicaras a tratar de preservar tu zona de confort en un mundo tan cambiante y competitivo que un día (porque es solo cuestión de tiempo) te dejará atrás y en el olvido.

¿Cómo lograr implementar los anteriores puntos? 1 palabra: Practicando.

¿Practicar es tedioso y aburrido? Si. A veces.

¿Practicar es necesario? Indudablemente, pero solo si objetivo es sobresalir, exceder expectativas y transcender.

Recuerda: En ventas, no hay atajos. Paga el precio o pagarás las consecuencias.

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