No son fracasos, es el camino al éxito
|Cuando Thomas Alva Edison trabajaba en uno de sus inventos, tuvo muchos problemas con una pieza en particular. Hizo cerca de doscientas de estas piezas, pero una tras otra falló y sus colaboradores empezaron a desanimarse por todos los fracasos consecutivos. Sin entender mucho lo que pasaba, el más joven de sus ayudantes le preguntó:
– ¿Qué está haciendo ahora?
– Trato de encontrar un nuevo tipo de acumulador – respondió Edison -, ya he experimentado con unos doscientos prototipos.
– Pero ha fracasado una y otra vez – dijo el joven.
– No – replicó tajantemente Edison –, no he fracasado ni una sola vez.
– Pero nunca han funcionado, esos no son buenos resultados.
– Mis resultados han sido extraordinarios.
– Ya sé que hay doscientas fórmulas que no me sirven para nada.
Con optimismo y perseverancia, Edison siguió trabajando y poco tiempo después, en 1877, presentó su nuevo invento, el fonógrafo, el primer aparato capaz de grabar y reproducir sonidos.
Frente a un experimento, un trabajo, un proyecto y hasta la vida misma, un resultado negativo no es un fracaso a menos que uno desista de seguir intentándolo. Todo tropiezo, toda caída, es en realidad un aprendizaje que si se afronta con optimismo y perseverancia, nos traerán extraordinarias enseñanzas sobre las cuales podremos forjar el camino hacia el éxito.
Felipe Sangiorgi