Elsa pregunta a Graham

Graham, tengo una situación muy incomoda, mis compañeros vendedores no quieren rebatir una objeción del cliente, por ejemplo: “Sólo estoy viendo…”, el vendedor de inmediato se retira y deja que el cliente haga lo que quiera. Al ver yo esta situación, abordé al cliente -siendo que no me tocaba el turno-, era una familia de 5 integrantes, les di la atención correspondiente y en ningún momento me batearon, se fueron tan contentos con mi servicio que ya tengo los documentos para el trámite de su vehículo.

En cuanto los clientes se fueron todos mis compañeros se me echaron encima diciendo que no tengo por qué tocar el turno de nadie y que si el cliente no quiere nada con el vendedor en turno, ese cliente se da por perdido. ¡Que pena me dio escuchar esto!, pues aquí venimos a trabajar y a ganar dinero, pero ellos ni comen ni te dejan comer.

Pensé hablar esto con mi jefa pero puede resultar un arma de dos filos, quizá me pueda tomar como conflictiva por no tener buena relación con mis compañeros.

¿Qué opinas de esto?

—– Y Graham responde:

Elsa:

Si de plano tus colegas no abordaron el cliente y como profesional los abordaste después que nadie quería atenderlos, no creo que hayas estado mal. Al final, quien no debe sufrir una mala atención es el cliente. Yo creo que debes proponer hablar con tu jefa y aclarar cuales son las reglas del juego. Ya sabiendo dichas reglas te podrás acoplar a ellas. En tu carrera siempre te encontrarás con este tipo de situaciones en donde, a veces, el éxito y el hacer las cosas bien, tienen un precio a pagar.

¡Ánimo! Y, si puedes dormir bien y honestamente hiciste las cosas correctamente, no dejes que una ocurrencia inusual te tire.

Graham

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