El poder de las palabras

img-actitud-118Cuenta la historia que en cierta ocasión, un sabio maestro se dirigía a su atento auditorio dando valiosas lecciones sobre el poder sagrado de la palabra, y el influjo que ella ejerce en nuestra vida y la de los demás.

«Lo que usted dice no tiene ningún valor»- lo interpeló un señor que se encontraba en el auditorio.

El maestro le escuchó con mucha atención y tan pronto terminó la frase, le gritó con fuerza: «¡¡Cállate, estúpido y siéntate, idiota!!”.

Ante el asombro de la gente, el aludido se llenó de furia, soltó varias impresiones y, cuando estaba fuera de sí, el maestro alzó la voz y le dijo: «Perdone caballero, le he ofendido y le pido perdón; acepte mis sinceras excusas y sepa que respeto su opinión, aunque estemos en desacuerdo».

El señor se calmó y le dijo al maestro: – «Le entiendo, y también pido disculpas y acepto que la diferencia de opiniones no debe servir para pelear, sino para mirar otras opciones».

El maestro le sonrió y le dijo: – «Perdone usted que haya sido de esta manera, pero así hemos visto todos del modo más claro, el gran poder de las palabras: Con unas pocas palabras le exalté, y con otras pocas le calmé»

Las palabras no se las lleva el viento, las palabras dejan huella, tienen poder e influyen positiva o negativamente.

Las palabras curan o hieren a una persona. Por eso mismo, los griegos decían que la palabra era divina y los filósofos elogiaban el silencio. Piensa en esto y cuida tus pensamientos, porque ellos se convierten en palabras, y cuida tus palabras, porque ellas marcan tu destino.

Medita sabiamente para saber cuándo y cómo hay que comunicarse, y cuándo el silencio es el mejor regalo para ti y para los que amas.

Eres sabio si sabes cuándo hablar y cuándo callar.

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